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La Ertzaintza encontró ayer en la localidad vizcaína de Otxandiano el Ford Fiesta blanco de ETA que las Fuerzas de Seguridad llevaban diez días buscando y que, según fuentes de la investigación, los terroristas iban a utilizar para huir tras cometer el atentado, ya que el otro vehículo, el Opel Kadett, lo iban a utilizar como coche-bomba contra el convoy de la Guardia Civil.

La Ertzaintza encontró el vehículo aparcado en la localidad vizcaína de Otxandiano, donde llevaba estacionado más de una semana y que las Fuerzas de Seguridad llevaba buscando desde el pasado 5 de enero, en que frustraron un atentado de ETA contra un convoy de la Guardia Civil. Los agentes de la Ertzaintza acudieron a las once menos cuarto a la calle Irugoyena de esta localidad tras recibir un aviso procedente del Ayuntamiento referente a la presencia de un Ford Fiesta estacionado desde hacía varios días.

Tras comprobar que el vehículo llevaba matrículas falsas, los agentes dieron aviso a la Unidad de Artificieros, quienes localizaron en el maletero una olla con 20 kilos de dinamita, previsiblemente procedentes del robo que realizó ETA en Francia. Los explosivos no estaban activados, pero se encontraron dos detonadores y un receptor preparados para una rápida activación. Además, la Policía Autónoma halló también un scanner y un subfusil.

El Ford Fiesta de color blanco fue robado sobre las diez de la noche del domingo 2 de enero en la localidad guipuzcoana de Rentería por tres presuntos etarras, uno de los cuales pertenecía al talde legal armado Zirikatu.

El otro coche, un Opel Kadett de color negro, que fue encontrado por la Policía Nacional el pasado 3 de enero, en una operación en la que, además, se detuvo a sus dos ocupantes, los presuntos etarras, Guillermo Merino Bilbao y Jon Urretabizcaia, había sido robado esa madrugada a su propietario a punta de pistola, a quien los terroristas abandonaron atado a un árbol en una carretera de la localidad vizcaína de Galdakao.