Un grupo de encapuchados incendió en San Sebastián una tienda de
ropa, que sufrió daños de diversa consideración y que, es propiedad
de un militante socialista. Los encapuchados rompieron los
cristales del comercio, situado en la calle Miracruz de la capital
guipuzcoana y le prendieron fuego.
No sólo los socialistas fueron el objetivo de estos grupos de
radicales violentos, ya que varios desconocidos arrojaron cinco
cócteles molotov contra el edificio en el que reside un agente de
la Policía Nacional en la localidad navarra de Villava.
El portavoz del PNV en el Congreso de los Diputados, Iñaki
Anasagasti, condenó los sabotajes y pidió a sus autores que
recapaciten «durante media hora» y defiendan con la palabra lo que
ahora reclaman «de forma salvaje». Rechazó la violencia «absurda,
carente de sentido», y reiteró su repulsa a cualquier tipo de
ataque, contra personas o locales. «Estas acciones son propias de
planteamientos alejados de la realidad, coartan la libertad de
expresión y actuación, porque las ideas hay que defenderlas con la
palabra y no de esta manera salvaje», manifestó.
Por esta razón, pidió a los protagonistas de la 'kale borroka'
que recapaciten «durante media hora» y admitan que «por este camino
no se va a ninguna parte, que lo único que están haciendo es dar
munición verbal a los violentos». A su juicio, con estas
actuaciones violentas, los radicales dan argumentos a quienes
«dicen que el proceso de paz es un camelo» y ponen trabas a quienes
defienden la consolidación de un proceso de paz. «Y, para eso,
deben desaparecer todas las manifestaciones de violencia»,
agregó.
También el presidente del Partido Popular en Guipúzcoa, Ricardo
Hueso, condenó duramente los ataques perpetrados contra la vivienda
de una concejal socialista en Andoain y el comercio de un
simpatizante del PSE en San Sebastián. Tras expresar su solidaridad
con las víctimas de estos sabotajes, advirtió que «el terrorismo
callejero pone en práctica las instrucciones de ETA de acoso a
quienes no comparten el programa de Estella». Hueso exigió al PNV
«firmeza para pedir al entorno radical que abandone estos métodos»,
porque considera que «ya no son creíbles las condenas del PNV
mientras continúa gobernando con el apoyo de EH». Desde Izquierda
Unida, su portavoz en el Congreso, Felipe Alcaraz, afirmó que
«ningún tipo de violencia puede servir de alimento a un proceso de
paz» y realizó un llamamiento a la sociedad para que se mueva y no
sólo atienda «a la inmovilidad que se nos pide desde el
Gobierno».
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