Jordi Pujol realizó ayer un balance del año que finaliza.

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El presidente del Gobierno, José María Aznar, subrayó ayer que nadie le encontrará nunca en una actitud en la que se cuestione la Constitución española «con o sin elecciones a la vista». De esta forma, respondía a las reacciones tanto del PNV, que le había acusado de electoralismo, como del portavoz de CiU en el Congreso, Josep López de Lerma, quien le acusó de «no haber conseguido mantener la tregua de ETA». Aznar reiteró que seguirá manteniendo la misma posición respecto a la situación del País Vasco y añadió que no la modificaría aunque estuviera próximo un proceso electoral.

El jefe del Ejecutivo destacó cómo la historia de la Constitución de 1978 es «la historia de un éxito», al tiempo que advirtió a los nacionalistas que «no hay que jugar con eso». «Jugar con eso, no darse cuenta del peligro que corremos si cuestionamos las bases de nuestra convivencia, es algo que no merecen los españoles», sentenció el presidente del Gobierno.

En este sentido, Aznar aseguró que nadie le encontrará en esa actitud, «con o sin elecciones a la vista», y deseó que el mismo sentido de la responsabilidad sea «mantenido por todos».

El ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, respondió también a las declaraciones del portavoz de CIU en el Congreso, Josep López de Lerma, que responsabilizó al Gobierno del fracaso de la tregua de ETA, y le pidió que explique cuál es la oportunidad de paz que se ha perdido. «La mejor confirmación de que no era un proceso de paz lo ha demostrado ETA con los explosivos que pretendía hacer estallar en Madrid», indicó.

Oreja invitó a «algunos portavoces» a no desorientar a la sociedad española cuando hablan de una oportunidad de paz que no había. «No me preocupa la crítica al Gobierno sino la desorientación a la sociedad», indicó.