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Tras varios meses de rumores, el Banco Bilbao Vizcaya (BBV) y Argentaria anunciaron ayer su fusión, que será efectiva a partir del 1 de enero del 2000 y tendrá un carácter «expansivo» y no «defensivo». La entidad que saldrá de esta unión, cuya denominación será BBVA, sumará unos activos totales de 37'6 billones y su presidencia será compartida entre el presidente de Argentaria, Francisco González, y el del BBV, Emilio Ybarra, si bien este último dejará el cargo en el 2002, con lo que González quedará como presidente único del nuevo banco.

El BBVA tendrá su sede central en Bilbao. La fusión, una «operación entre iguales», se realizará mediante la absorción de Argentaria por parte del BBV, gracias a una operación por la cual se intercambiarán 5 acciones nuevas del BBV por cada 3 de Argentaria, y quedará cerrada dentro de unos quince meses.

El beneficio atribuible de la nueva entidad BBVA se eleva a 205.000 millones, según los datos de los dos bancos a septiembre de 1999. Las expectativas en este sentido son de alcanzar los 285.000 millones para todo el año y lograr en el 2002 un total de 538.000 millones de beneficios atribuibles.

La fusión entre las dos entidades contará con un extenso calendario, que comenzó ayer mismo con la aprobación de la operación por parte de los consejos de administración de BBV y Argentaria, continuará con las juntas generales de las dos compañías cuya celebración se prevé para finales de año y tendrá efectos económicos a partir del 1 de enero del 2000. Está previsto además que las acciones de la nueva entidad comiencen a cotizar en bolsa a finales de enero del próximo año.

Según señaló el presidente del BBV, Emilio Ybarra, la fusión entre los dos bancos es «el final de una crónica largamente anunciada» y se debe en gran parte a «la profunda sintonía personal y profesional» entre los dos presidentes de las entidades que ahora se unen. Por su parte, Francisco González aseguró que la fusión entre BBV y Argentaria «no se plantea, ni se ha planteado en ningún momento, como un fin en sí mismo», sino que es «un paso para alcanzar objetivos mucho más ambiciosos». Con ella, además, «no se trata de crear un banco grande, sino un gran banco».