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El presidente del Gobierno, José María Aznar, acusó ayer al PSOE de «encizañar» en el 'caso Pinochet' para que afecte «lo más posible» a las relaciones hispano-chilenas, mientras que los socialistas reprocharon al Ejecutivo haber «envenenado» las relaciones con Chile. Además, Aznar reiteró que el Gobierno ha actuado siempre en respeto a la independencia de la Justicia y al Estado de Derecho.

Para el jefe del Ejecutivo, la polémica creada a raíz de la petición de extradición del ex dictador conlleva dos posiciones: «trabajar porque este asunto afecte lo menos negativamente a las relaciones entre Chile y España, que es lo que este Gobierno hace, o empeñarse en encizañar para que afecte lo más posible a las relaciones entre los dos países, que es lo que hacen algunos». Así, acusó al PSOE de meter cizaña «con especial interés», con tal de intentar buscar un daño a este gobierno, si bien resaltó que para ello hay que tener una posición, «y no la marca un partido (PSOE) que tiene una posición diferente según quien opine sobre este tema».

Aunque el presidente del Gobierno respondía a una pregunta del portavoz socialista Luis Martínez Noval, preguntó al PSOE si hubiese concedido o no la extradición en caso de gobernar. Además, explicó que cuando el Gobierno recibe la petición de un Gobierno extranjero, «especialmente si es un Gobierno amigo», sobre un posible conflicto, que se estudie una posibilidad de arbitraje, esa posibilidad se estudia y se contesta y es lo que ha hecho estrictamente el Gobierno de España, diciendo que no había posibilidad de arbitraje.

Martínez Noval, que se refirió al «dilema moral» que viven los españoles en este caso, destacó que «da por sentado» que el Gobierno está a favor de la estabilidad democrática de un país amigo, si bien puso en duda que se resista a aceptar la impunidad de Pinochet, cualquiera que sean las razones que la justifiquen. En su opinión, el resultado de todo ello, es el «envenenamiento» de las relaciones con Chile.