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Tras la afirmación de Garzón de que el Ministerio Fiscal está entorpeciendo la instrucción del 'caso Pinochet', y las reacciones de las diferentes fuerzas de la oposición, Susana García, abogada de la acusación particular, reclamó ayer al Gobierno que destituya al fiscal general del Estado, Jesús Cardenal, y al fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Eduardo Fungairiño, por haberse convertido en «defensores activos de Pinochet».

La representante de la acusación particular solicitó al Ejecutivo una marcha atrás «en el chanchullo político del arbitraje amistoso» como condición imprescindible «para que el pueblo español y el mundo, en general, crea en su talante democrático». García aseguró también que el único gesto que podría hacer creer que el Ejecutivo español garantiza el proceso abierto contra el ex dictador chileno es la destitución del fiscal general del Estado y del fiscal jefe de la Audiencia Nacional.

Según la abogada, «no se puede ser fiscal y tener la misión de garantizar los derechos constitucionales de las víctimas que van a pedir justicia, y convertirse, de hecho, en los defensores activos de Pinochet». Asimismo, para Susana García el verdadero motivo por el que se están produciendo estas reacciones «desmedidas y antidemocráticas» son los intereses económicos que unen a España con Chile. Pero, también señaló que hay algunos valores supremos como «que el derecho internacional avance hasta conseguir la aplicación de la justicia universal».