TW
0

La Unión de Consumidores de España (UCE) denunció ayer que la liberalización de los precios de la gasolina no ha traído rebajas en los mismos, sino que en términos generales se han incrementado considerablemente desde octubre de 1998 y abril de 1999, según un estudio presentado en Madrid sobre «Los efectos de la liberalización en las gasolinas». En concreto, resalta la reducción significativa del margen de desviación de los precios de la gasolina desde octubre de 1998 hasta abril de 1999, que pasó de estar en poco más de dos pesetas a primeros de noviembre a quedarse en menos de 50 céntimos en la última semana de abril, habiéndose mantenido desde enero por debajo de la peseta en todas las zonas y para los dos tipos de combustible estudiados. Asimismo, asegura que analizando los mismos datos por zonas el nivel de coincidencia de precios se incrementa y que los márgenes y las diferencias entre los mismos se reducen todavía más.

Para la UCE, estos datos significan que el consumidor no saca ningún partido a la liberalización en los términos en los que se está materializando, ya que, en el mejor de los casos en que haya diferencias de precios en su zona, éstas son tan reducidas que no merece la pena buscar el surtidor más barato si ello le cuesta un esfuerzo adicional.

«En términos absolutos, en los seis meses siguientes a la liberalización, la Super ha incrementado su precio en 5 pesetas/litro, lo que supone una diferencia de 250 pesetas más a la hora de llenar el depósito (50 litros), diferencia que ha llegado a superar las 400 pesetas a finales del mes de marzo, fecha de gran movilidad por festejos y proximidad de vacaciones», añade el informe.

En cuanto a la gasolina sin plomo, la evolución ha sido similar con algunas particularidades, ya que comenzó costando a 107'9 pesetas/litro a primeros de noviembre y finalizó en abril costando a 112'9 pesetas/litro.

Además, la UCE ha analizado la relación entre la evolución de los precios de los carburantes y la evolución de los precios del petróleo conforme a los datos del Ministerio de Industria, constantando que «la supuesta regla de proporcionalidad sobre el comportamiento de los precios de las gasolinas y del barril -por cada dólar que sube o baja el barril las gasolinas lo hacen en una pesetano siempre funciona, y especialmente falla cuando debiera jugar en beneficio del consumidor».