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El Consejo de Ministros aprobó ayer al anteproyecto de Ley del Estatuto Básico de la Función Pública, con lo que se cumple con la previsión incluida en este sentido en la Constitución y que por el momento no había podido llevar a cabo.

Según explicó el ministro de Administraciones Públicas, Angel Acebes, esta medida, que afectará a cerca de dos millones de funcionarios, permitirá crear «un modelo de función pública mucho más moderno y eficaz que unifique la necesaria homogeneidad con la flexibilización y las capacidades de autoorganización que tienen las distintas administraciones».

El Estatuto aprobado, que regula las relaciones laborales de los funcionarios públicos y que debe ser aún aprobada en las Cortes, recoge un conjunto de valores éticos del servicio público, favorece la movilidad posibilitando un mejor aprovechamiento de los recursos humanos, diseña una auténtica carrera administrativa para los funcionarios y articula un nuevo sistema retributivo que mantiene la identidad de cuantía en todas las Administraciones.

Acebes, en la rueda de prensa celebrada tras el Consejo de Ministros, aseguró que el Gobierno remitirá con un «espíritu absolutamente abierto y flexible» a las Cortes Generales este anteproyecto, si bien señaló que el texto final, aún incluyendo las mejores y adiciones que proceda, e independientemente del tiempo de su tramitación parlamentaria, no deberá ser «muy distinto» al aprobado por el Gobierno.