Un momento de los incidentes registrados en Hernani.

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OTR/PRESS - SAN SEBASTIÀN Los terroristas no consiguieron en su momento, con amenazas y chantajes, cobrar y precio al Gobierno de España y ahora «jamás conseguirán cobrar un precio por eso que llaman tregua y que no lleva a la convivencia de todos los vascos, porque es sencillamente falso». Así lo aseguró ayer José María Aznar en el mitin ofrecido por la mañana en el Frontón de Anoeta de San Sebastián, en el que aseguró que el PP no va a dejarse impresionar por ninguna campaña que les pretende asustar.

El presidente del Gobierno lanzó un claro mensaje al PNV, al que advirtió de la conveniencia o prudencia de seguir regalando poder a EH, y que los radicales no pueden apropiarse del futuro de Euskadi. Aseguró que «no hay ninguna razón para el miedo, salvo el de aquéllos que viven mirando al pasado o quieren imponer su ley al margen del Estado de Derecho, por la violencia».

Aunque dijo entender, que no compartir, a aquellos que «de buena fe» defienden que para conseguir la paz y la convivencia hay que apostar por «el mal menor», Aznar se preguntó en qué situación se estaría ahora si, en los tres años de su Gobierno, el PP hubiera optado por esa opción.

Esa filosofía del «mal menor» puede suponer, a juicio del jefe del Ejecutivo, entregar el urbanismo de las ciudades a EH, entregar el control de los impuestos de los ciudadanos o el ahorro de los vascos "gestionados por las Diputaciones forales, que EH podría conseguir si se materializa el pacto de Gobierno vasco también en los comicios municipales", la Sanidad o la gestión de las escuelas. Por eso, subrayó que lo que no desea el PP es «que nadie pague los platos rotos del mal acuerdo de Estella».

Violentos incidentes durante la visita del ultra Ynestrillas a Hernani
Agentes de la Ertzaintza cargaron ayer con material antidisturbios contra un grupo de unos 30 encapuchados que lanzó todo tipo de objetos contra los vehículos en los que viajaron a Hernani (Guipúzcoa) el presidente de Alianza por la Unidad Nacional, Ricardo Sáenz de Ynestrillas, y sus compañeros. Ynestrillas, escoltado por 16 acompañantes provistos de cascos, escudos y banderas nacionales, tomó un aparato de megafonía y habló durante unos minutos. Seis personas resultaron detenidas y cuatro policías heridos en los incidentes.