Joaquín Almunia (derecha) no dejó ayer títere con cabeza en sus acusaciones contra los dirigentes del PP y ministros del Gobierno de Aznar.

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El secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, descalificó ayer a Abel Matutes por culpar del conflicto de Kosovo a Felipe González, lo que considera una «actitud estúpida» que refleja la «obsesión neurótica» del PP por el ex presidente de Gobierno. Por ello, pidió a Aznar que le «haga callar» para que «deje de decir tonterías». El máximo dirigente del PSOE puso incluso en duda que Matutes sepa situar Kosovo en el mapa, pero «lo que sí sabe es quién es Javier De la Rosa», recordando que el ministro, como empresario, mantuvo relaciones con el financiero.

Si Almunia pidió a Aznar que silenciara a Matutes, a Arenas le pidió directamente que se callara. Así, indicó que el secretario general del PP debería, antes de criticar la presencia de González en los mítines del PSOE, mirar «en sus propias filas» y sus propio compañeros de campaña. «Lo mejor que puede hacer es callarse», resumió. Igualmente, aludió al portavoz del PP, «un tal» Rafael Hernando, por insinuar que Felipe González está detrás de la derrota de Almunia en las primarias, de la victoria y posterior retirada de José Borrell, y de la actitud del presidente de Castilla-La Mancha, José Bono, en el tema de las subvenciones al cultivo del lino. «Es una joya de la maldad en política en una persona tan joven», se lamentó en tono irónico.

De la cabeza de lista del PP al Parlamento de Estrasburgo dijo que el PP había creído contar con un «mirlo blanco», pero Loyola de Palacio, «en vez de blanca, está chamuscada, con el vestido lleno de pavusas del lino».

También se refirió al ministro de Industria, Josep Pique, de quien dijo que «lo más normal es que tenía multas sin pagar». «Una persona con esa trayectoria, lo mejor que puede hacer es quitarse de en medio», agregó. En su opinión, si Aznar no le cesa fue porque lo fichó para presumir de centro, pero antes de hacerlo «tenía que haberle mirado los dientes».

A Aznar le criticó por «sacrificar» al ministro del Interior frente al PNV, que a su juicio «veta, censura, hace callar y margina» a Jaime Mayor Oreja. Por permitir eso, dijo no fiarse del presidente del Gobierno. Las airadas críticas de Almunia se producían en respuesta a varias declaraciones realizadas por el PP y miembros del Gobierno en torno a Felipe González y su propuesta de celebrar un debate con Aznar.

El portavoz del Gobierno, Josep Piqué, indicó que la presencia de González demuestra los problemas de liderazgo en el PSOE y el ministro de Exteriores, Abel Matutes, calificó de «penoso» que el ex presidente «quiera estar en todas partes y al mismo tiempo afirme no querer ser nada».