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El Indice de Precios de Consumo (IPC) aumentó un 0'4 por ciento en abril pasado y su tasa interanual se situó en el 2'4 por ciento, la más alta desde febrero de 1997 y seis décimas superior a la prevista por el Gobierno para todo el año. El principal detonante de la subida del IPC, que acumula un aumento del 1'2 por ciento en los cuatro primeros meses de 1999, fue el fuerte incremento de los precios de la gasolina y el gasóleo, según los datos difundidos por Estadística.

La inflación subyacente, que excluye la energía y los alimentos frescos por su carácter volátil, creció en abril un 0'3 por ciento, con lo que su tasa interanual se elevó al 2'5 por ciento. Casi la mitad del aumento del IPC en abril puede atribuirse al alza de la gasolina y el gasoil, que se encarecieron un 1'2 por ciento e hicieron subir un punto la inflación del grupo del transporte.

Los precios de los carburantes y combustibles subieron en conjunto un 3'8 por ciento en abril, con lo que acumulan una subida del 5'4 por ciento en lo que va de año, muy lejos del 0'7 por ciento correspondiente a los últimos doce meses. Los precios del vestido subieron un 0'4 por ciento, mientras que los del capítulo de otros "incluido el turismo y la hostelería" y la vivienda lo hicieron en un 0'3 por ciento.

Los precios de los bienes y servicios culturales se mantuvieron, mientras que los de las medicinas crecieron un 0'1 por ciento y los del menaje y la alimentación un 0'2 por ciento. Dentro de este último grupo, los alimentos elaborados subieron del 0'3 por ciento y los frescos un 0'1 por ciento.

Además de la gasolina y el gasoil, los bienes y servicios que más repercutieron en la subida del IPC fueron las patatas, que aumentaron un 8%, los aceites y grasas (3'6%) y el turismo y la hostelería (0'3%). Por el contrario, los artículos que más contribuyeron a frenar la inflación fueron el pollo, cuyos precios bajaron un 5'3%, el pescado, con una caída del 1'2%, y la energía eléctrica y el gas, con un descenso del 0'3%.