El lehendakari, Juan José Ibarretxe (centro), se sumó a los cinco minutos de paro convocados por los partidos de Estella.

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OTR/PRESS - VITORIA El paro de una hora convocado para las 12 del mediodía de ayer por los partidos y sindicatos firmantes del Pacto de Lizarra con el objetivo de consolidar el proceso de paz y con el lema 'Construyendo la paz. Euskal Herria tiene la palabra' estuvo caracterizado por el cruce de críticas entre los convocantes y las formaciones no nacionalistas. Los primeros, acusaron de «inmovilismo» a PP y PSOE, mientras que éstos reprocharon el dominio de HB sobre Estella y más en concreto, sobre el PNV.

La acusaciones más duras fueron contra el Ejecutivo de Ibarretxe y su decisión de secundar la movilización durante cinco minutos. El presidente del Gobierno, José María Aznar, indicó que es «inconcebible» que un ejecutivo se sume a una huelga de «presión social».

Tal y como estaba previsto, Ibarretxe se concentró durante cinco minutos en la sede de la Presidencia en Vitoria. Mientras, en las escalinatas de la sede del Gobierno vasco se concentraron todos los consejeros y varios cientos de funcionarios. El portavoz del Ejecutivo, Josu Jon Imaz, subrayó que la pretensión del bipartito que integran PNV y EA era la de propiciar un proceso de paz libre de «inmovilismos partidistas».

En el Parlamento vasco, su presidente, Juan María Atutxa, se sumó a la convocatoria y junto al resto de funcionarios y miembros del Legislativo, expresó que la paralización de la actividad laboral «es una forma de caminar con paso firme a lo que pudiera ser la consolidación de la paz y el logro del respeto mútuo».