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Los problemas que viven las juntas insulares de Menorca y Eivissa han eclipsado el indudable éxito de la delegación del PP balear al lograr que, por primera vez desde que se fundó el partido, cuatro dirigentes isleños formen parte de la ejecutiva nacional.

Mientras en Menorca disponen de escasas horas para evitar una guerra interna por la elección del candidato al Consell, los representantes de Eivissa han vivido en Madrid los intentos de Enrique Fajarnés para que la candidatura de Pere Palau no fuese ratificada por la dirección nacional. Fajarnés, que perdió en la votación del comité electoral en beneficio de Palau, pretendió sin éxito que Angel Acebes, en la actualidad ministro de Administraciones Públicas y hasta el congreso coordinador general, hiciese alguna gestión para que la dirección nacional no aceptase la candidatura encabezada por Palau.

El beneficiado hubiese sido el propio Fajarnés, que se negó a realizar declaraciones por lo ocurrido, al igual que el resto de los dirigentes pitiusos. Un miembro de la delegación balear, sin embargo, se atrevió a señalar a Abel Matutes como inspirador de la operación para desbancar a Palau de la candidatura.

Por el contrario, Joan Verger, visiblemente irritado por lo ocurrido durante el congreso, recordó que «el tema de Eivissa está ya cerrado», pero eludió opinar sobre la postura de Fajarnés. «Se va a cumplir la decisión del comité electoral de Eivissa», advirtió Verger.