Chile decidió ayer suspender todas sus visitas oficiales y
reuniones bilaterales con España y el Reino Unido y «revisar» su
participación en las Cumbres Iberoamericanas. Los anuncios forman
parte de una serie de medidas adoptadas por las autoridades
chilenas por la detención en Londres del senador Augusto Pinochet y
fueron dadas a conocer en rueda de prensa por el ministro chileno
de Relaciones Exteriores, José Miguel Insulza.
Las medidas también incluyen la recomendación a los operadores
aéreos para suspender sus vuelos comerciales a las Islas Malvinas y
la prolongación por «tiempo indeterminado» de la estancia en
Santiago del embajador en el Reino Unido, Mario Artaza.
Artaza fue llamado a consultas, tras conocerse la decisión del
ministro británico del Interior, Jack Straw, de dar curso, el
pasado miércoles, a la extradición de Pinochet a España, procesado
por genocidio y torturas durante su régimen militar
(1973-1990).
Las medidas anunciadas por Insulza fueron respaldadas, por
anticipado, por el Consejo de Seguridad Nacional, que integran las
más altas autoridades civiles y militares del país, y que se reunió
ayer durante cuatro horas y media.
Insulza, en una concurrida rueda de prensa, que abarrotaba el
salón donde la concedió, expresó la «profunda molestia» del
Gobierno de Chile y de varias instituciones por la decisión de las
autoridades británicas de dar curso a la extradición de
Pinochet.
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