El diseño ha recibido cambios importantes y, aunque no son revolucionarios, sí que han actualizado la imagen de este vehículo tan interesante.

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Llega al mercado europeo la tercera generación del Honda Jazz, un vehículo del segmento B cuya primera unidad fue puesta a la venta en el año 2001 y del cual se han vendido en España unas 17.000 unidades. No es una cifra muy elevada, pero que no se sabe por qué no ha cuajado tanto como era de prever en un automóvil de sus características, ya que está plagado de virtudes, como veremos a continuación.

Un aspecto a resaltar es que las unidades que llegan a Europa estarán todas fabricadas en Japón, cosa que antes no sucedía.

En el diseño exterior es quizá donde el fabricante podría haber dado un golpe más enérgico en la mesa con una estética más revolucionaria, pero ha introducido relativamente pocos cambios.

La parte delantera es la más moderna de las dos, con unos faros más afilados y modernos, muy finos, que tienen cierto parecido con los cambios que le han hecho al resto de la gama Honda. Así, la parte delantera también destaca por contar con LEDs diurnos en la parte baja del parachoques, los cuales le quedan muy bien.

La línea lateral es bastante estilizada, más que antes, y acaba en una parte posterior en la que el diseño es bastante irregular. La tulipa empieza en la parte más alta del maletero, justo debajo del alerón posterior. De la zaga también destacan las dos salidas de aire situadas en el maletero, que son de color negro, con forma de nido de abeja.

MOTOR
El propulsor es otra de las grandes novedades de este vehículo, ya que la marca japonesa confía plenamente en los motores Earth Dreams de última generación, que sin duda le irán muy bien a este modelo. La firma nipona por ahora sólo tiene previsto equiparlo con el 1.3 iVTEC de gasolina, aunque probablemente salga una versión híbrida a lo largo del año que viene.

Este propulsor ofrece 102 CV a 6.000 vueltas, en el que se ha trabajado para optimizar la eficiencia energética, a base de controlar con mayor precisión el funcionamiento del árbol de levas y la distribución variable, de reducir la fricción de los elementos móviles, de aumentar la relación de compresión y de utilizar materiales más ligeros, entre otros aspectos.

La versión que hemos probado nosotros contaba con el cambio automático, que es un cambio CVT con variador continuo con siete marchas simuladas. Si bien las prestaciones con este cambio son mayores (12 segundos para llegar a los 100 Km/h, curiosamente el consumo se ve reducido, con unos 5 litros a los 100 km, aunque nosotros hemos conseguido una cifra próxima a los 6 litros.

Hay que decir que este cambio automático tiene dos opciones de conducción, la normal y la Sport (D y S respectivamente). Con la segunda el motor tarda menos en reaccionar. Conviene apuntar que también lleva levas en el volante para poder cambiar de forma manual.

El comportamiento en carretera es bueno, gracias a unas suspensiones efectivas, aunque no se trata de un chasis excesivamente dinámico.

INTERIOR
El interior es otro de los apartados en los que el Jazz ha recibido mejoras importantes, tanto en lo que se refiere a las calidades, que huye de los plásticos ruidosos, como en el equipamiento de serie, en el que se encuentran elementos tan interesantes como la pantalla táctil central con navegador y un sinfín de elementos que mejoran la seguridad del vehículo.