El director del Nauti Campus Occitanie, Guillaume Philippe, posa para este diario antes de la entrevista. | Teresa Ayuga

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El Nauti Campus Occitanie, tras casi seis años de vida, se ha convertido en una plataforma referente que facilita el trasvase de conocimientos náuticos entre Occitania, Balears y la Costa Brava catalana. «Nuestro objetivo a medio plazo es fortalecer el programa de intercambio de profesores y alumnos con el fin de crear un diploma perteneciente a esta eurorregión, compuesta por Occitania, Catalunya y las Islas», explica Guillaume Philippe, director de esta red de centros educativos franceses que por su cuenta han ido tejiendo programas de Erasmus con centros de Formación Profesional (FP) españoles, como el Nauticopesquero y L’Embat, en Palma, o el Centre de la Mar de Maó, en Menorca. También lo hacen con institutos de Roses y Palamós.

«La relación con Mallorca empezó con una visita a la feria náutica de Palma. Nuestros puertos trabajan directamente y creíamos que era una buena oportunidad conectarlos en el ámbito formativo», comenta el responsable, que esta semana ha estado con varios compañeros por Ciutat para formalizar nuevas colaboraciones. De hecho, este curso tienen a seis alumnos estudiando en Palma y otros seis más en Palamós. «Y ya hemos hablado con la dirección de L’Embat para que vengan algunos profesores a nuestros centros; más adelante, alumnos», anuncia.

«En la Costa Brava, los barcos que hay son muy similares a los de nuestros puertos, pero cuando vienen aquí se encuentran con otros mucho más grandes, además de yates de lujo enormes; es otro mundo, y eso enriquece sus conocimientos», asegura Philippe, que es un experimentado navegante.

El organismo que dirige, y que cuenta con el respaldo del gobierno francés, todavía no ha mantenido ningún contacto formal con el Govern balear, pero afirma que estaría «encantado». De hecho, el cónsul francés en Palma, Michel Magnier, ha intermediado con las colaboraciones ya hechas y por hacer. «La formación en tapicería náutica es algo que no se enseña en Palma, pero sí en nuestros liceos, y creemos que se podría hacer una colaboración entre docentes y alumnos para que vengan a Occitania y aprendan de nosotros para que luego puedan ofertar esta titulación aquí. Se podría hacer lo mismo al revés con la pintura de barcos, una especialidad que no tenemos y que en Balears se trabaja muy bien. Se podrían crear estas sinergias», según propone el director. Philippe admite que el idioma es una barrera, pero que todos estos años han conseguido sortear.

Además, al igual que ha pasado durante muchos años en España, la Formación Profesional todavía es vista en Francia como la opción para los alumnos que no son capaces de estudiar una carrera universitaria.

«Cada año hacemos presentaciones en institutos y ferias para dar a conocer la FP, porque nos llegan jóvenes poco informados. El nivel en náutica es muy alto, no es algo fácil de aprender», advierte, y considera que «es complicado» cambiar esta percepción social sobre estos estudios. Algo que, sin embargo, hace unos años que empieza a verse diferente en España, donde no deja de aumentar el número de alumnos. «Puedes ganar más dinero tras hacer una FP que una carera, pero entre las familias francesas eso todavía no se ve así», insiste.

Al igual que en Balears, Philippe dice que en Occitania faltan trabajadores locales especializados en náutica, por lo que las empresas recurren a empleados extranjeros, como para en Palma. De ahí el impulso que está haciendo el gobierno francés para fomentar la formación de jóvenes en el sector.