Los participantes, en la mesa de debate. | Jaume Morey

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La conferencia de Francisco Villar estuvo seguida por una mesa redonda con polémica. Marc Revert, estudiante, fundador y CEO de ORGA AI planteó: «La pantalla no es el problema sino lo que hay detrás. Se puede usar para el bien». Puso como ejemplo su caso, el desarrollo de aplicaciones para organizar el trabajo y la puesta en marcha, a los quince años, de una inteligencia artificial propia. «Es una etapa creativa. Más que prohibir hay que educar a la gente. Si no, quitamos la oportunidad de hacer un buen uso, de ser creativos con las tecnologías en la infancia». Villar saltó: «Tranquilo, que te quedan muchos años para ser creativo y te cansarás de estar con una pantalla. Tengo una mala noticia para ti: cuando seas padre tendrás que prohibir para educar, e intentar enseñar a tus hijos a comer brócoli en lugar de chocolate».

Fundación ANAR

Victoria Planas, responsable del departamento de educación de la delegación en Baleares de la Fundación ANAR, explicó que las líneas de ayuda de su organización para niños y adolescentes se han desbordado en los últimos años con consultas relacionadas con las salud mental. «La problemática ha entrado y nos ha explotado en la cara a toda la sociedad. Es como si estuviéramos todavía enamorados de los móviles y las redes y no hayamos visto todavía todo lo negativo que también tienen. Nos impacta en nuestro día a día». Apuntó que las consultas por salud mental que llegan a sus líneas en toda España han aumentado un 2.000 por ciento en los últimos años. «Día a día se repiten los mismos problemas» y sumó a los anteriores los relacionados con la violencia.

Problemas repetidos

Planas explicó que, en las distintas actividades que lleva a cabo en centros educativos las pautas son muy similares, «con independencia del nivel económico y social». «Las familias y los profesionales están desbordados», dijo ante peticiones de ayuda que no dejan de aumentar. También reflexionó que, en esas visitas, los alumnos son conscientes de los impactos negativos que pueden tener las tecnologías: «Saben de oídas pero no tienen toda la comprensión. Vamos a ayudarlos».

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Marc Revert, estudiante, fundador y CEO de ORGA AI.
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Victoria Planas, responsable del departamento de educación de la delegación en Baleares de la Fundación ANAR.
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Por su parte, José Díaz, criminólogo especialista en investigación tecnológica y que participa en el programa ‘En buenas redes’, alertó ante problemas más graves: la posibilidad de que los menores en las redes sociales sean tanto víctimas como autores de delitos. «Muchas veces no son conscientes de lo que hacen» y puso como ejemplo los casos de estudiantes que han empleado inteligencia artificial para generar imágenes pornográficas de compañeras de clase. «Si un menor es capaz de utilizar esa tecnología, es muy complicado actuar si no es con prevención. Las redes son peligrosas».

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José Díaz, criminólogo.

Díaz alertó sobre las edades de uso que, en principio, se requieren para emplear determinadas aplicaciones. «¿Cuántos años hay que tener para poder darse de alta en Whatsapp? La mayoría de adultos no lo saben». Aclaró que son 16 años pero que, aún así, son límites que no se cumplen: «Usan una identidad falsa o es un adulto el que les crea el perfil y les facilita los datos». También advirtió frente a los contenidos: «Podemos encontrar de todo, incluso lo que no queremos».

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El criminólgo José Díaz, Elisabeth Moll, Francisco Villar; Victoria Planas, de la Fundación ANAR; Paula Serra y Marc Revert, estudiante y CEO de Orga AI.
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Antoni Carmona, José Francisco Conrado de Villalonga, Jaume Carot, Francisco Villar, Catalina Cirer, Carmen Serra, Margarita Pérez-Villegas, Mar Pulido y Sergi Loughney.

Villar insistió en que «prohibir» forma parte del proceso de educación. A preguntas del público sobre qué pasos dar y qué hacer para que los padres no se vean forzados a entregar un móvil a edades tempranas o sobre el abuso de las tablets y otros dispositivos en el sistema educativo, el psicólogo abogó por la «presión de grupo». Explicó como la Generalitat y otras administración han implantado diferentes prohibiciones y límites para el uso de móviles en los centros educativos. Puso como ejemplo la proliferación de grupos como ‘Adolescència sense mòbil‘ en toda la geografía española. «Cuando se reúnen con ellos, los representantes políticos les animan a que sigan porque así tienen familias movilizadas que oponer a las grandes empresas y los lobbys que también presionan».