Angeline Solís, estudiante de tanatoestética y tanatoplastia. | Curro Viera

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Angeline Solís, vecina de Muro de 19 años, es una de los muchos estudiantes que eligen formarse para trabajar en el sector funerario en España. Las empresas de formación publicitan desde hace años los empleos funerarios como puestos bien remunerados y sin paro. ¿Es esta una realidad en el mercado laboral de las Islas? Con el relato de su experiencia Solís ayuda a despejar algunas dudas.

¿Cuándo y por qué decides estudiar Tanatoplastia? Algunos se refieren a ello como el arte de maquillar a los muertos.
—No era algo que tuviera muy pensado. Encontré información por casualidad, buscando por Internet. Fue así como vi que existía ese trabajo, me dio curiosidad y me interesó.

¿Hay suficiente oferta formativa en Baleares?
—En mi caso estudié un curso que se hace tanto presencial como a distancia en el Instituto Español Funerario. Ofrecen varios cursos: de Tanatoplasia y Tanatoestética, Recogidos judiciales, Tanatorio, y Preparaciones profesionales. Todos son lo que se conoce como certificaciones profesionales.

¿Fue difícil encontrar un lugar en Mallorca para hacer las prácticas?
—No. Hice la teoría online y las prácticas en una funeraria privada de Llucmajor. La verdad es que me dijeron que al hacerlas en temporada baja en Mallorca el volumen de trabajo no es muy alto. Sé que en las funerarias de la Península pueden tener diez servicios al día. Aquí lo máximo que tuvimos fueron tres al día, en octubre y noviembre. En verano no sé cómo será.

Según la patronal de empresas funerarias lideramos las repatriaciones a nivel nacional por los decesos de turistas que ocurren en verano.
—Sí, puede ser. Cuadra con lo que yo vi y con lo que me han dicho.

Has dicho que llegaste a la profesión de casualidad. ¿Qué has encontrado en ella?
—Encontré tranquilidad. Es lo que más me gustó. Aunque no trabajas solo, porque tienes que coordinarte con otras funerarias y crematorios, es un trabajo de cara al público que no tiene el estrés que conllevan otros trabajos de cara al publico.

Tienes que tratar con las familias en el peor momento de sus vidas. No debe resultar fácil.
—Sí. Es verdad. Para mi personalmente es más fácil y ameno tratar con las familias que tratar con los clientes de una tienda, por ejemplo. Me sale de forma natural. Todas las funciones de trabajo las llevaba con mucha naturalidad. Yo estudié Tanatoplasia y Tanatoestética.

El trabajo de preparar los cadáveres para los velatorios puede tener un gran impacto emocional, sobre todo en casos de muertes violentas. ¿Has tenido algún caso que te haya afectado especialmente?
—He tenido un poco de todo. Algunos familiares se han abierto mucho y tanto ellos como tú te sientes cómodo dentro de la situación, pero también hay otras familias que en el momento de la pérdida tienen una reacción muy mecánica. Normalmente los familiares son abiertos y agradecidos con las personas que hacemos ese trabajo.

Después de hacer el curso, ¿has podido dedicarte profesionalmente?
—No. La verdad es que estoy pendiente de sacar el carnet de conducir. Además por ciertas circunstancias también estoy estudiando otras cosas, en concreto Técnico auxiliar de Veterinaria que es una profesión que también me gusta. En cualquier caso, cuando tenga el carnet, mi idea es entrar a trabajar en el sector funerario.

Has explicado que llegaste a la Tanatoplasia y Tanatoestética por casualidad. ¿Recuerdas si la información que encontraste en internet presentaba la profesión como un trabajo con bajo índice de paro y bien remunerado?
—La verdad es que no recuerdo haber leído que hubiera paro cero. Aunque es verdad que puede ser así en la Península, en Baleares la situación es más complicada porque, por un lado tenemos una gran empresa que está comprando funerarias y por el otro lado tenemos muchas pequeñas empresas familiares en las que no hay oferta de empleo. El 90 % son empresas familiares. El sector está dividido en dos bandos e incluso sé que en algunos sitios ponen problemas para hacer la cremación a funerarias de la competencia. En la Península hay mucho más trabajo porque hay muchas más instituciones públicas funerarias y empresas privadas de mayor tamaño. Por lo que me han dicho el sueldo suele ser de unos 1.500 euros mensuales, a partir de ahí depende de la antigüedad.

¿Las empresas de formación están haciendo el negocio?
—A ver cuando yo me apunté encontré los cursos en oferta y pagué unos 1.200 euros a plazos. Ya suponía que en Mallorca no habría la misma cantidad de empleo que en la Península, porque en la Isla suele ser todo de menor escala.

Excepto el turismo.
—Menos el turismo, exactamente. Por eso tenemos las cifras de repatriaciones de las que hemos hablado. Mi intención, hasta que no haga las prácticas de Auxiliar de Veterinaria es intentar trabajar en el sector, me siento más cómoda trabajando en la preparación de los cuerpos que con los turistas.