Pepa Bueno fue presentada por el presidente del Cercle, José María Vicens, que aludió a tiempos en los que es difícil «mantener una visión nítida». El acto consistió en una conversación con el periodista Joan Riera. | M. À. Cañellas

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«Vengo a contar lo importante que es la supervivencia del periodismo para las democracias liberales». La directora de El País, Pepa Bueno, intervino este jueves en Palma en una charla organizada por el Cercle d’Economía de Mallorca, para reflexionar sobre los retos a los que se enfrenta la trasmisión de información fiable en la sociedad y la proliferación de determinados discursos y ruido. «La verdad existe y esa es la tarea de los periodistas, ofrecer los elementos para esa aproximación a la realidad», explicó.

Bueno reclama la necesidad de las herramientas de periodismo y sus métodos frente a «esa avalancha de desinformación, de mentiras y de medias verdades». Apunta a la eclosión de un ecosistema digital lleno de supuestas referencias: «Nos enfrentamos al reto inmenso de convivir con sitios en internet que se denominan medios de comunicación y puede que se dediquen a la comunicación, pero desde luego que no al periodismo y tenemos que defender el periodismo, los protocolos profesionales, el método de trabajo».

En ese panorama, añade las incertidumbres que desde hace décadas viven las empresas informativas: «En los últimos veinte años hemos estado más pendientes de la pura supervivencia, de encontrar el modelo de negocio que se ha tenido que adaptar a la irrupción de internet, de nuevos actores o de una crisis de credibilidad que de los grandes debate deontológicos y editoriales».

Bueno explicó como la coincidencia de tres crisis, la tecnológica, la económica y la de credibilidad ha afectado a los medios. «Aparecen muchos sitios que han captado anunciantes y otro de los errores fue intentar competir con eso, ir al click y la audiencia fácil. Eso fue un inmenso error», señala porque contribuyó a socavar la confianza en el periodismo. .

En esa búsqueda de un modelo de negocio, Bueno saluda las suscripciones: «Hemos encontrado una vía para un modelo más sólido. Es lo mismo que antes pasaba cuando un lector compraba un periódico, pero mucho más barato». Admite que es un camino más sencillo para un medio que aspira a una audiencia global como El País. «Es que durante mucho tiempo vamos a tener que tener la publicidad. Solo la suscripción como medio de mantenimiento es muy difícil, la publicidad va a seguir haciendo falta. Pero no es lo mismo que tener una comunidad que sostiene ese medio. Para las comunidades pequeñas, el sentimiento de pertenencia es muy importante para el sostenimiento de un periódico» que, sostiene se transforma para el público en un proyecto en el que cree y que «deciden sostener pagando a cambio de información».

La directora de El País indica a que esa vía de financiación apuntala la libertad del medio: «La madre de todas las independencias es la económica, sin ninguna duda: cuantos más suscriptores tengamos más apuntalamos nuestra independencia. Cuantos más lectores compren Ultima Hora, mucho mejor. Depender de una única vía, como era la publicidad en los medios en abierto te deja más a la intemperie. Necesitas una comunidad sólida que crean en el periodismo de tú haces». De ahí que, indica uno de los objetivos del populismo sea desacreditar al periodismo e intentar que los ciudadanos «no accedan a la verdad».

«Se ha roto el consenso sobre la realidad y es muy peligroso para el periodismo y para la democracia liberal. Hay personas que honestamente creen sobre un mismo hecho dos versiones diferentes y el hecho existe, la realidad existe», reivindica. Bueno insistió dejó fuera de ese sentimiento de comunidad la salida del fundador de El País, Juan Luis Cebrián. «La herencia la representa el periódico, la cultura periodística».