Alumnos entrando a un colegio de Mallorca. | Carla Colmenero

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La Conselleria d’Educació finalmente ha reducido de ocho a tres las zonas para escolarizar a los alumnos en Palma, según ha podido confirmar este diario. En la práctica, esto facilita que una familia lleve a su hijo a un centro que esté más alejado del domicilio en el que vivan. De esta manera, un alumno que resida en Establiments tendrá los mismos puntos para matricularse en un colegio o instituto de los barrios de Cas Capiscol, Arxiduc, Camp Redó o s’Olivera y a la inversa. Hasta ahora, la zonificación separaba estos núcleos.

Lo mismo ocurrirá con los que vivan en Puntiró, s’Aranjassa, Sant Jordi, Es Pil·larí o Ses Cadenes, que tendrán los mismos puntos que las familias que viven por la Plaça d’Alexandre Jaume, La Calatrava, Pere Garau, Son Rullán, El Vivero y el Rafal. Por lo que respecta al distrito de Poniente de Ciutat, la misma situación se dará para los residentes en núcleos tan alejados del centro como Son Roca, Son Anglada, Son Vida, Gènova, Cala Major o El Terreno, que dispondrán de la misma puntuación para llevar a sus hijos a centros educativos ubicados en Santa Catalina,Jaume III, Son Espanyolet o Son Dureta.

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De hecho, las familias que viven en el centro de Palma, ahora tendrán más facilidades para escolarizar a sus hijos en los grandes colegios concertados de La Vileta y Son Rapinya. Pasará exactamente lo mismo entre los que viven en Son Armadans y Son Cotoner, pero también en Son Serra o Sant Agustí. La zonificación escolar anterior separaba estos barrios. La puntuación para la matriculación, a priori, beneficia a todos por igual, pero en realidad solamente es útil para los que tienen tiempo y capacidad económica de coger el coche y desplazarse tan lejos de casa cada día para llevar a su hijo a un centro lejos de casa.

Impactos negativos

Todo esto incentiva el uso del coche de forma innecesaria, lo que aumenta las emisiones contaminantes y, además, fomenta que haya centros que se conviertan en guetos. Por estas razones, el Pacte apostó por crear una zonificación con más áreas para incentivar que los alumnos fueran escolarizados en los centros más cercanos a su lugar de residencia, con la idea de que fueran andando y evitar la aglomeración de alumnado vulnerable en ciertos colegios e institutos. Aun así, la propia desigualdad urbana que divide los barrios y núcleos de las ciudades por clases sociales también condiciona que un centro tenga alumnos con familias más vulnerables y en situaciones más complicadas.

Así lo han denunciado en los últimos meses sindicatos educativos, como el STEI, pero también la Xarxa contra la segregación escolar en Palma y el Laboratori Interdisciplinari sobre Canvi Climàtic de la Universitat de les Illes Balears.