La rotonda que hay antes de llegar al centro comercial de Ocimax parcialmente bloqueada por la barrera. | Teresa Ayuga

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Cualquiera que estos días haya circulado por las dos rotondas que conectan la carretera que viene de Valldemossa con el acceso a Palma por Ocimax habrá visto que están bloqueadas parcialmente por barreras de plástico. Los conductores no pueden dar la vuelta completa, por lo que deben hacerlo en la rotonda que hay justo enfrente del centro comercial. Se trata de una prueba piloto que podría durar un mes y que busca mejorar la fluidez del tráfico en este punto, por el cual pasan cada día 160.410 vehículos, según datos de 2022, los más actualizados por el Departament de Territori, Mobilitat i Infraestructures del Consell de Mallorca. De hecho, es el segundo acceso más transitado después del de Son Hugo.

El experimento se puso en marcha la semana pasada porque los técnicos de carreteras detectaron un problema peculiar. Algunos conductores que venían de la carretera de Valldemossa, no más de 200 diarios, solían equivocarse al llegar a la primera rotonda, la que permite ir hacia Palmaplanas o la vía de cintura. Al querer dar media vuelta, obligaban a esperar a los conductores que venían de Palma y cruzaban el puente de la vía de cintura, lo que llegaba a provocar largas retenciones. Aunque dos centenares de vehículos pueden parecer pocos en comparación con el total que pasan por este acceso, eran «suficientes» para provocar estos atascos, aseguran fuentes del Consell consultadas por este diario. Además, la llegada de más vehículos de alquiler por las carreteras de la Isla también tenía mucho que ver, señalan.

Al haber bloqueado ambas rotondas, los conductores que se equivoquen tendrán que dar media vuelta en la rotonda de Ocimax, motivo por el cual los técnicos esperan que el tráfico sea más fluido, puesto que tampoco representan un número de vehículos tan importante como para colapsar el acceso frente al centro comercial.

Las mismas fuentes consultadas aseguran que en los primeros días de estreno ya han notado una mejoría, y avanzan que, en caso de que la prueba sea exitosa, la idea sería que las barreras temporales de plástico se conviertan en fijas, de hormigón. De esta manera, las dos rotondas, en la práctica, se convertirían en una sola muy extensa.