La doctora M. Isabel Martín, coordinadora de pediatría de Atención Primaria del IB-Salut

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Los casos de pubertad precoz van al alza en Baleares y muchos padres se preguntan qué consecuencias puede tener para sus hijos, en el caso de verse afectados. Por pubertad precoz se entiende cuando el cuerpo de un niño sufre cambios puberales hacia los del adulto demasiado pronto. Concretamente, antes de los 8 años en las niñas y de los 9 años en los niños. En el caso de que aparezca entre los 8 y los 9 en las primeras, y los 9 y los 10 en los segundos, hay que denominarlo pubertad adelantada.

La doctora M. Isabel Martín, coordinadora de pediatría de Atención Primaria del IB-Salut, explica que una de las principales consecuencias de los niños con pubertad precoz sin tratamiento siendo este necesario es que tienen una talla final mas baja que la esperada. «Aunque suelen ser altos para su edad -en general-, al iniciar antes la pubertad el crecimiento se detiene antes y se pueden quedar con una talla adulta más baja de la esperada. Se debe a que en ellos, al iniciarse antes la pubertad, también termina antes y, con ella, también se detiene el crecimiento».

Además, destaca que «el desarrollo puberal precoz puede asociarse a algunos cambios en la conducta respecto a sus iguales, ya que la pubertad precoz expone a los niños a un mayor riesgo de tener problemas emocionales y de salud mental: ansiedad, depresión, baja autoestima o mala imagen corporal. Además, pueden sufrir más estrés. Esto se debe a que «a la confusión general que se produce durante la adolescencia, se añade el sentimiento de ser diferentes a sus compañeros. En estos casos los padres y profesionales sanitarios pueden ser de gran ayuda explicando los cambios que van a experimentar».

En el caso de las relaciones sexuales, la doctora aclara que, «aunque las chicas con desarrollo puberal precoz sin tratamiento pueden tender en a relacionarse con compañeros mayores que ellas y pueden ser más vulnerables a la presión del grupo, no existen evidencias de que comiencen antes su actividad sexual». Tampoco está probado que estas niñas vayan a tener en el futuro una menopausia precoz.

¿Hay que tratar la pubertad precoz?

Una de las preocupaciones de los padres con hijos con pubertad precoz es si esta debe tratarse. La coordinadora de pediatría de Atención Primaria del IB-Salut explica que «en la mayor parte de los casos, tras la realización de un estudio y valoración inicial, no será necesario ningún tratamiento». En este punto, precisa que sólo será necesario prescribirlo en los casos sin causa conocida (idiopaticos) o cuando sea muy precoz, los signos puberales avancen muy rápido o se pueda traducir en una talla final muy baja.

La doctora Martín señala que desde el año 1981 se utilizan los análogos de la gonadotropina de acción prolongada para el tratamiento de la pubertad precoz central idiopática (sin causa conocida). En concreto, tienen un efecto estimulador sobre la secreción de gonadotrofinas, cuando se utilizan de forma aguda; y un efecto inhibidor, cuando se usan de forma crónica. Se trata de una medicación que se administra por vía intramuscular o subcutánea y, si se hace de forma periódica, conseguirá retrasar el desarrollo. En aquellos casos menos frecuentes que haya una causa que origine el desarrollo puberal se deberá tratar la misma. «En general, los criterios que se manejan para iniciar tratamiento de pubertad precoz son muy estrictos», concluye.