Osmar Ruso Cabrera trabaja como operador de cámara en Argentina.

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Osmar Ruso Cabrera (Bragado, Buenos Aires, 1975) es uno de los muchos argentinos que está tramitando la solicitud de nacionalidad española al amparo de la Ley de Memoria Democrática, aprobada por el Gobierno de España en octubre de 2022. En su caso la pide para su madre, consciente de que si supera el trámite, también podrán obtenerla él y sus hijos.

Es descendiente de un matrimonio de Costitx y Manacor que salió de Mallorca huyendo de la represión franquista. No lo hace por una cuestión económica, de hecho mudarse desde Argentina a Mallorca no entra en sus planes por ahora. «Es una mezcla de muchas cosas. Por una parte, por una cuestión sentimental, para cerrar nuestra historia. Por otra, sé que les abro una puerta, una nueva oportunidad a mis hijos, por lo que pueda pasar en el futuro», relata.

Tiene una cita concedida el 13 de junio de 2024 para entregar la ‘carpeta de documentos’ de su madre y no es una fecha elegida al azar. Es el cumpleaños de su padre. «Mis bisabuelos por parte de mi abuela materna ambos eran españoles. Nos habían dicho que eran de Inca y al final buscando información hemos sabido que mi bisabuelo era de Costitx y mi bisabuela de Manacor», relata.

Como muchos de los descendientes de españoles exiliados, su historia ha llegado hasta él pasando de boca en boca. «Había una versión que he escuchado en la familia, pero que no sé hasta que punto es cierta, de que mi bisabuelo vino escapando de la Guerra Civil con el documento de su hermano viajando como polizón en un barco», dice.

«Quien presenta la solicitud es mi madre realmente, pero la parte de investigación la hacemos nosotros. Mi madre cumplió el 6 de febrero 78 años. Queremos cerrar esa parte de la historia familiar, entender qué fue lo que pasó. En nuestro caso fue dificilísimo encontrar los papeles, porque mi abuela ya ha fallecido y de sus dos hermanos uno tiene un problema mental y el otro que es el que lo cuida, ya casi no lo recuerda», explica.

De lo que saben hasta ahora se desprende que el bisabuelo empezó a trabajar en hornos de ladrillo a su llegada a Argentina, coincidiendo con los años de expansión del ferrocarril. «Alquilaban terrenos y fabricaban ladrillos y fueron armando su vida por el tren. La anécdota dice que mi bisabuelo perdió un ojo al asomarse por el agujero de una pequeña fuga de la pirámide hueca de ladrillos que cocían durante días», recuerda.

«Estoy esperando a que me llegue la partida, pero tengo entendido que el exilio fue en los años 30. Y tengo entendido que su padre trabajaba en el registro civil o era secretario de la alcaldía, tenía algo que ver en el gobierno», dice mientras va hilvanando su historia.

Carolina Godoy es su contacto en Mallorca para localizar y recoger la documentación de sus antepasados. «Me fue a buscar la partida de nacimiento porque en realidad yo tenía dos soluciones: hacerlo por mi bisabuelo o por mi bisabuela. No sé si han visto la película ‘Vientos de agua’, es un buen retrato de los inmigrantes españoles que vinieron a Argentina y de cómo en 2001 los argentinos se fueron para España», concluye.

Lo que en un principio era una decisión sentimental, de reencuentro con el pasado ha cobrado aún más sentido en los últimos meses. «Uno nunca sabe y con el gobierno que estamos teniendo ahora... Como papá a mis hijos les quiero dejar oportunidades. No es un procedimiento fácil. Cuesta y hay que ser muy tenaz porque van apareciendo escollos en el camino y la embajada no te da mucha información, solo te dice la normativa. Hay grupos de Facebook en los que otras personas te asesoran por sus propias experiencias, pero no todos los consulados se manejan de la misma forma. No solo unos son más rápidos que otros, sino que no te informan. Te lo hacen tedioso», relata.

En opinión de este bisnieto de mallorquines, la legislación española «en realidad ofrece un sistema bien armado, pero se ha visto desbordado». «Sacas un turno virtual, te registras y en algún momento te llegará un mail que te habilita a entrar en una agenda de citas, hay turnos para seis u 8 meses y no lo puedes mover después. Hay veces en que tienes la fecha para entregar la carpeta con toda la documentación con una antelación de solo 15 días. Yo tengo el turno el 13 de junio que es el cumpleaños de mi padre por eso lo saqué ese día», explica.

Sobre la posibilidad de venir a Mallorca cuenta que «Yo trabajo como técnico en una televisión nacional y mi esposa es docente. No es que necesite irme, pero la realidad es que está todo muy incierto y no sé qué va a pasar con mis hijos. A mi me encartaría venir a conocer la parte de mis ancestros y no descarto irme a vivir allí, pero con los papeles».

Explica que uno de los problemas con los que se encuentran las personas que tramitan la solicitud de nacionalidad desde el extranjero es que «muchos registros civiles no están digitalizados y dependemos de la buena voluntad de la persona que pueda ir a buscar una copia y que esta además esté bien manuscrita. En mi caso nos hemos encontrado varios errores de transcripción de apellidos porque entonces se anotaba como se escuchaba. Es todo un proceso de investigación».