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Vox se está rompiendo en directo y a la vista de quien se asoma a lo que pasa en el Parlament balear. Parece bastante claro que el presidente del Parlament, Gabriel Le Senne, tiene los días contados y que la refriega es total. La diputada Verdú (del grupo llamado ‘rebelde’) no se cortó y felicitó con ironía al presidente de la Cámara cuando éste pidió silencio, «especialmente al PP» para que dejaran hablar a la socialista Mercedes Garrido, vicepresidenta del Parlament y, quién sabe, si candidata socialista a ocupar ese puesto si el PSIB puede presentar candidatura. Eso se definirá este miércoles.

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Los principales cargos de Vox en el resto de instituciones –encabezados por Fulgencio Coll, el edil de Palma– mostraron su apoyo a Le Senne y Patricia de las Heras. Todo, mientras que Agustín Buades, Sergio Rodríguez y hasta Manuela Cañadas, hacían preguntas para que el Govern pudiera lucirse. Cañadas, crítica habitual del conseller Vera, mostró su acuerdo con éste. E Idoia Ribas, que intenta no perder la sonrisa aunque le cuesta mucho, preguntó a Prohens como si no pasara nada. Y aprovechó para lanzar su idea: que el acuerdo que hizo presidenta a la líder del PP no fue entre partidos sino entre grupos parlamentarios. Vox se rompe en directo y el Parlament se pregunta qué es un tránsfuga. Lo planteó directamente Lluís Apesteguia a Marga Prohens: «¿Qué es para usted un tránsfuga?» Y la presidenta le dijo que no comprendía cómo desaprovechaba así una pregunta cuando podía echar mano de un diccionario. Le faltó añadir que de un diccionario Vox.

La sesión de ayer, además de mostrar que el PP no ha resuelto todavía a quién elegir (Prohens dijo que cumpliría sus acuerdos «con unos o con otros»), puso en evidencia que el Govern está convencido de que Negueruela intentó salvar a Le Senne. Sea como sea, lo único claro es que Vox se ha roto. En directo y en un festival de egos subidos.