Joan Segura es uno de los integrantes de STOP Desahucios.

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STOP Desahucios Mallorca es una plataforma cívica que defiende el derecho a una vivienda digna y lucha contra los desahucios hipotecarios y de alquiler. Con los precios disparados en Mallorca aumentan las okupaciones y con ellas el número de procedimientos de desalojo en marcha. La venta de pisos okupados ha entrado ahora en una espiral que parece imparable.

«La venta de pisos okupados en Mallorca se ha disparado. De hecho estamos viendo en determinadas barriadas compradores que se dedican a adquirir una vivienda tras otra. No hablamos de particulares que compran una casa para habitarla, sino de empresarios que compran una casa tras otra de manera profesional, propiedades de bancos que están okupadas», explica Joan Segura, miembro de STOP Desahucios.

«Tenemos detectado a un empresario de sa Pobla que realiza esta práctica y a otros (todos de origen africano) que viven en Mallorca y también en países del norte de Europa. Compran viviendas okupadas por 30.000 euros para luego intentar desalojar a las familias», dice el activista.

El fenómeno, según STOP Desahucios, se ha extendido en el último año. La plataforma asegura que «en estos momentos tenemos familias con capacidad económica para comprar una vivienda barata en un barrio porque trabajan, pero que no pueden acceder al mercado del alquiler en Mallorca porque no cumplen las garantías que exige (un aval de tres nóminas, tres meses por adelantado y otro de fianza». «Es absurdo que el Institut Balear de l’Habitatge (Ivabi) tenga que dar una garantía habitacional a una familia que acaba siendo desalojada porque no le quieren vender». «Prefieren vender a un especulador que a la familia que quieren desalojar. El otro día tuvimos un alzamiento de unas personas a las que les retiraron el contrato de arras que habían firmado para comprar la vivienda que okupaban provocando un desahucio sin alternativa», concluye.

Aunque admite que existen muchos tipos de okupas, entre ellos los narkopisos, Joan Segura afirma que «no podemos hablar más que de las familias vulnerables porque son las que se nos acercan». No quieren abordar como colectivo otras problemáticas de okupación. «Algunas veces nos han intentado engañar pero nuestro objetivo no es criminalizar a nadie. El objetivo de STOP Desahucios es que ninguna familia tenga que volver a hacer cosas (okupar) que no son buenas para los vecinos ni para ellos mismos. Que nadie se vea forzado», dice.

«No defenderemos una vivienda en la que se hace un negocio ilícito, pero sí a personas que okuparon en el pasado y han dejado de hacerlo», afirma Segura en referencia a los okupas que compran propiedades okupadas. Dice compartir el deseo de «acabar con los narcopisos okupados y sacar la droga de los barrios», aunque matiza que en ellos también «hay una diversidad de situaciones». «A veces ocurre que una persona acaba siendo víctima dela decisión de su pareja», advierte.

El activista explica que «antes de intervenir siempre estudiamos el caso y comprobamos que las situaciones que nos cuentan se dan realmente». «Antes de plantarnos en una puerta para parar un desahucio hacemos comprobaciones», concluye.