El secretario autonómico Mateu Suñer posa para esta entrevista en la Conselleria d'Educació. | Teresa Ayuga

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El nombramiento de Mateu Suñer como Secretari Autonòmic de Desenvolupament Educatiu del Govern hace poco más de una semana le ha dado a conocer como el nuevo hombre fuerte del conseller d’Educació, Antoni Vera. Sin embargo, es un apoyo fundamental de su equipo desde que lo designara el verano pasado gerente del Institut Balear d’Infraestructures i Serveis Educatius (Ibisec) para mejorar, ampliar y construir nuevos centros educativos. En él depositó toda su confianza para potenciar una de las políticas clave del proyecto político de Vera, como es la mejora de la red de colegios e institutos.       

Al llegar al cargo, el conseller dijo que se encontró una Conseleria «muy sobredimensionada». ¿Cómo justifican la creación de una secretaría autonómica?
En principio se adaptó el mismo organigrama de la anterior legislatura, pero en estos meses, tras ir visitando centros, han ido salido las mismas peticiones por parte del profesorado. Identificamos que debíamos potenciar la agilización de proyectos para construir y mejorar infraestructuras, ampliar las becas de comedor, el servicio de transportes y la digitalización. Eso es lo que se demanda a corto plazo y la organización que tenía la Conselleria no estaba adaptada para dar estas soluciones.   

La Direcció General de Personal Docent i Centres Concertats, con este nuevo nombre, ¿priorizará a este sector o es simbólico?   
Es una reestructuración organizativa, como dijo el conseller. El Servei de Centres Concertats ya existía, pero se ha trasladado a esta dirección por el perfil de su director general (se refiere a Ismael Alonso, que lideró el sindicato USO de la concertada).   

¿No sería necesaria una dirección de centros públicos, ya que hay muchos más?
El nombre es el que es, pero lo que gestiona es lo que se venía gestionando; se ha reorganizado el organigrama.

¿Qué retos tiene en su cargo?
Estamos redactando el plan de infraestructuras y el de climatización de centros. Sobre esto último, puedo decir que en abril esperamos tener resultados sobre    el plan piloto que pusimos en marcha. No solo se mejorarán las instalaciones de frío y calor, también hablamos de ganar sombras en los patios, mejoras acústicas y aislamiento térmico de la carpintería, incluso de las fachadas. El servicio de transporte escolar lo reforzaremos, así como el de las becas de comedor y las ayudas a la digitalización, con el fin de llegar al máximo posible de beneficiarios con el mejor servicio.

¿Llegarán a más gente de la que se ha ayudado hasta ahora?
Es la intención, pero dependerá del presupuesto y las condiciones para otorgar estas ayudas.

¿Prevén algún cambio en cuanto a la política digital tras el debate público sobre los efectos de estos dispositivos en la enseñanza?
Este proceso depende mucho de las líneas de ayudas europeas, que son coyunturales. Se acabarán, y este servicio, que antes no existía como tal, se desmantelará, pero la idea es reforzarlo mucho. Tenemos a cuatro personas en plantilla para dar apoyo informático a todos los centros de Balears, lo que no tiene sentido. O creamos plantilla estructural o externalizamos el servicio, pero hay que actuar.

Tras la irrupción de la Inteligencia Artificial, ¿se prevén formaciones para que el profesorado aprenda a usar estas novedades, que pueden ser útiles?
Debemos homogeneizar los sistemas operativos de todos los centros y luego hacer formaciones específicas.

¿Cómo afrontarán el posible cierre de aulas ante la bajada de la natalidad, algo que afecta especialmente a la concertada?
Todos mis esfuerzos los dedicará a gestionar, primero de todo, los servicios que se me han atribuido directamente, como las infraestructuras. Debemos quitar todo lo que ahora son aulas modulares y reformar los centros más antiguos. El tema de la concertada que comenta dependerá de la Direcció de Personal Docent i Centres Concertats.

¿Se han marcado ya un número de aulas modulares que ven factible eliminar antes de acabar la legislatura?
Hay diferentes tipos, las puntuales, que se habilitan durante obras concretas; las que se han puesto para dar servicios complementarios, como el comedor, y que tendremos que consolidar; y, la mayoría, que se han acabado convirtiendo en algo estructural. Esto se soluciona ampliando y haciendo nuevos centros. El CEIP de Campos, si todo va bien, se abrirá para el próximo curso y permitirá que el CEIP Joan Veny i Clar quite aulas modulares. Con la ampliación del IES Damià Huguet, igual, que tiene 11 modulares; también tenemos el Can Cirera Prim, hecho completamente con este tipo de aulas. Ya hemos empezado a redactar el proyecto para construir un nuevo centro.