Dos clientas buscando género en una de las tiendas de la cadena Inditex en las últimas rebajas de enero. | Irene Arango

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Las patronales del pequeño comercio de Baleares están haciendo un llamamiento a sus asociados para que «intenten aguantar» y no anticipen las rebajas de enero. Su objetivo es bajar los precios a partir del 8 de enero, aunque temen que si la facturación se ve resentida en los primeros días de la semana que viene por la tendencia de las grandes cadenas a adelantar las rebajas, muchos se vean arrastrados y opten por hacer lo propio.

«Últimamente pasamos más días con rebajas que sin ellas a lo largo del año, por lo que hemos pedido que se haga un esfuerzo por aguantar porque esto se ha convertido en un disparate: últimamente hay más días con rebajas que sin ellas al cabo del año», lamenta el presidente de Afedeco, Antoni Gayà.

Por su parte, la vicepresidenta de Pimeco, Carolina Domingo, explica que, por parte de sus asociados, «la intención es esperar para iniciar las rebajas, pero todo esto te arrastra: si los grandes empiezan antes y los pequeños no venden, bajarán también los precios antes». Así, indica que si las ventas no acompañan a principios de la semana que viene todo se podría precipitar, ya que, «si no consigues darle salida al género a tiempo al final te lo tienes que comer».

Más pesimista se muestra el presidente de PIMEM-Comerç, Miquel Àngel Salvà, quien asegura que aunque el objetivo es esperar hasta el 8 de enero, «me temo que no será posible». Es más, aventura que «todo dependerá de cómo vaya el día 2: si no se vende lo suficiente las rebajas empezarán un poco antes».

Salvà tampoco espera que las fechas navideñas, en general, sean tan prolíficas para el pequeño comercio como lo fueron el año pasado, sino que sus números más bien se situarán por debajo. «Diciembre no ha ido bien: el Black Friday fue bastante bien, pero la consecuencia es que las ventas de Navidad se acaban resintiendo».

Ni desde Afedeco ni desde Pimeco consideran tampoco que vaya a ser una época de gran facturación, a pesar, señala Gayà, de que «hemos podido despuntar un poco estos últimos días por el tema de las comidas y de los regalos». Domingo va más allá al apuntar que las expectativas globales de las fiestas no son demasiado optimistas. «Estamos viendo muy difícil llegar a las cifras de antes de la pandemia: las ventas no son lo que eran y gran parte de la culpa la tienen las grandes plataformas de venta on-line».

Por lo que respecta al domingo 31 de diciembre -con libertad de apertura en Palma salvo para grandes cadenas y superficies (que solo podrán hacerlo en las clasificadas como zonas de gran afluencia turística)- la previsión por parte de las tres patronales es que la mayor parte de los pequeños comercios permanezca con las puertas cerradas ese día y que, como mucho, algunos de ellos decidan abrir solo durante la mañana.