Los médicos diagnostican diferentes tipos de colesterol. | Freepik

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El colesterol es una de las patologías más habituales en Baleares, pero hay un gran desconocimiento preciso sobre ella. El doctor Tomás Rodríguez Ruiz, miembro del grupo de trabajo de Enfermedades Cardiovasculares de la Sociedad Balear de Medicina de Familia (IBAMFIC) y médico de Familia del centro de salud de Son Ferriol, explica que si se habla de dislipemias, que son alteraciones del metabolismo de los lípidos y su alteración, se distinguen tres tipos.

Uno de ellos son las hipercolesterolemias puras, cuando la elevación es exclusivamente de las cifras del colesterol; estos suponen alrededor del 69 % del total de las dislipemias. El segundo tipo más frecuente son las dislipemias mixtas, es decir, cuando la elevación es tanto del colesterol como de los triglicéridos; representan un 26 %, aproximadamente. Por último, están las hipertrigliceridemias puras, cuando la elevación es exclusivamente de los triglicéridos; suponen un 5 % de las dislipemias.

Si se tienen en cuenta las causas, hay dos formas de clasificarlas. Una de ellas son las dislipemias primarias, cuando el origen es propiamente una alteración metabólica que afecta a la
síntesis de estas partículas lipídicas (colesterol, triglicéridos…). Son las más frecuentes; de ellas, la
más habitual es la que conocida como hipercolesterolemia poligénica. Aquí se incluyen también
otras que viene condicionadas genéricamente, como lo son las formas familiares.

Las otra son las dislipemias secundarias y están motivadas por enfermedades o por procesos que condicionan una alteración del perfil lipídico; suponen entre un 20-40 % del total de las dislipemias y entre ellas destacan el consumo de alcohol o de otros fármacos y tóxicos, la diabetes, el hipotiroidismo
y algunas enfermedades tanto hepáticas como las renales.

¿Cuál es el perfil de los afectados?

El doctor Rodríguez explica que «establecemos el perfil de los pacientes con cifras de colesterol elevado en función de su riesgo cardiovascular. Así, los clasificamos en riesgo bajo, moderado, alto o muy alto. Este perfil de riesgo vendrá definido por las propias condiciones clínicas del paciente. Por ejemplo, una persona que ya ha tenido un infarto, una angina de pecho o un ictus tiene un riesgo muy alto. También otros factores que consideramos de riesgo como la edad, el sexo, si fuman o no; así como las cifras de presión arterial, y que aplicándolos a las tablas de riesgo, nos dan una puntuación con la que calificaremos el riesgo que tiene el paciente».