Un comedor escolar de Baleares en una imagen de archivo. | R.L.

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El número de alumnos afectados por una intoxicación alimentaria en Palma no deja de crecer y este viernes por la tarde hay confirmados 96 estudiantes perjudicados, según la última actualización facilitada por la Conselleria de Salut, que ya ha abierto un expediente para saber qué ha pasado. De momento, solo se han registrado casos en los colegios públicos Maria Antònia Salvà (16), Cas Capiscol (60) y Aina Moll (20), aunque la empresa de cáterin repartió el arroz caldoso en cuestión en otros centros, por lo que el brote se podría extender y la cifra de intoxicados aumentar. La mayoría de intoxicados presentan síntomas «leves», según ha dicho la directora general de Salut Pública, Elena Esteban, y este viernes no consta ningún ingreso.

Aun así, una madre que tiene tres hijos escolarizados en el CEIP Cas Capiscol, el más afectado, ha explicado a Ultima Hora que ha tenido que llevarlos a Son Espases porque detectó sangre en las heces. «Nunca se ponen malos con la comida, pero ese día me llamó la atención que, al preguntarle al mayor, de 7 años, si se habían comido todo en el colegio, me dijo que el arroz con caldo le supo raro. Lo quiso dejar, pero le insistieron y solo dejó la mitad. A las dos o tres horas me avisó de que tenía mucho dolor de barriga y se pasó toda la noche sentado en la cama porque no se podía ni tumbar del dolor», detalla la madre, que está indignada por el hecho de que en el CEIP Son Anglada detectaran que la comida tenía mal aspecto y evitaron servirla. «Si un niño lo nota, ¿cómo puede ser que los adultos no se dieran cuenta de ello?», se pregunta. El arroz se sirvió el miércoles, por la tarde aparecieron los síntomas y al día siguiente fue peor. «Tenían el concierto de Navidad y la mitad de los niños más pequeños lloraban de dolor y los profesores yendo y viniendo al baño con ellos. Fue horrible», según recuerda.

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Mònica Serra, que tiene un hijo en el CEIP Aina Moll, explica que a través de su cuñada, que es médico en Son Espases, y de unos familiares que tienen hijos en el Maria Antònia Salvà, se enteró del brote y relacionó los casos. Por ello, avisó a la dirección del centro, pero no recibió respuesta al ser el último día de clase. «El protocolo falló», considera. Otra madre, con dos hijos escolarizados en este centro, asegura quehacía un tiempo que se comentaba la «baja calidad» de la comida servida en el centro y que las raciones son pequeñas. «La sopa se suele servir fría y los niños más mayores no saben si comen carne o pescado», dice, y recuerda que en el puente de la Constitución «hubo varios alumnos con vómitos, pero lo relacionamos con un empacho». Tras la intoxicación, sin embargo, duda de si fue por el cáterin.

Investigaciones

La Conselleria d’Educació ya ha suspendido el servicio que tenía contratado con la concesionaria y Salut ha iniciado un análisis de la situación. Si se confirma un incumplimiento de la normativa sanitaria a la hora de elaborar el arroz caldoso que provocó náuseas, diarrea y vómitos entre los alumnos afectados, la empresa se enfrentaría a una multa o incluso el cierre, según explicó ayer el jefe del Departament de Sanitat Pública del Govern, Amadeo Vázquez. «En la visita de control a la empresa se revisa el proceso de elaboración del alimento, su conservación y en qué escuelas se ha servido este arroz», señaló, y añadió que tras las fiestas de Navidad se volverá a hacer un control sanitario de la empresa.