Antoni Vera, conseller d’Educació en un pleno del Parlament. | Jaume Morey

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Otro encargo del Parlament al Govern aprobado este jueves con los votos del PP y Vox y la oposición del resto de grupos: que garantice a los padres el contenido previo de las actividades extracurriculares que se imparten en las clases.

a propuesta original de Vox, y que se sustituyó por una enmienda que propuso el PP, era «garantizar el conocimiento previo y la aceptación de los padres de cualquier contenido afectivo sexual o ideológico que puedan recibir sus hijos en las aulas».

La propuesta la defendió la diputada Manuela Cañadas, que también quería que el Govern «tomara las medidas necesarias para promover la inmediata retirada de los libros de texto y materia educativo potencialmente nocivo y que pueda afectar a la inocencia de los menores». Explicó la diputada que había escuelas que «adoctrinaban» y daban versiones sesgadas o falsas de la historia. El PP no entró al trapo y su portavoz en el debate, Ana Isabel Curto, se limitó a presentar su    alternativa, que fue la que Vox aceptó: como el Govern no tiene competencias en este asunto (lo explicó el conseller Vera en un pasado pleno), se aprobó pedir a la Alta InspecciónEducativa (Ministerio)    que controle los textos. Según Alex Pitaluga (PSIB) lo que se pide es    «censura previa» y dijo que es la ultradercha la que adoctrina. Més per Mallorca, en un comunicado posterior, dijo que lo aprobado por PP y Vox era «el pin parental».