Falta de pericia en la plantación y descuido en el riego, causas de la muerte. | R.L.

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Tres de las cuatro oliveres que se plantaron el año pasado en la rotonda de Raixa, en la carretera de Sóller a su paso por el municipio de Bunyola, han muerto. Los árboles, que sobrepasaban los 200 años de antigüedad, según los entendidos, no han resistido su nueva ubicación. Las causas más probables de la extinción son la falta de pericia en la plantación o el posterior descuido de riego y abono. De hecho, los hierbajos revelan que este espacio lleva tiempo sin recibir cuidados.

Las oliveres, que fueron injertadas en pies de acebuche, lucían un aspecto magnífico cuando las autoridades del Consell de Mallorca presentaron la nueva rotonda en julio de 2022. En aquel acto, además, anunciaron que el Instituto del Mediterráneo de Estudios Avanzados (Imedea) y el Jardí Botànic de Sóller llevarían a cabo labores de jardinería en la rotonda y los aledaños. El objetivo era «potenciar la flora y fauna» y «revertir la situación de declive medioambiental». Uno de los proyectos que se anunciaron se refería a la «preservación y proliferación de los insectos polinizadores en el entorno».

Mala imagen

Las oliveres han perdido todas sus hojas y están visiblemente secas desde hace meses. Pese a ello, no han sido retiradas. Su presencia ofrece una mala imagen a las miles de personas que, cada día, transitan por la carretera, y expresa también el fracaso de un proyecto medioambiental.