Andrews, catedrática de Antropología de la Universidad John Moores de Liverpool, ofreció ayer una conferencia en la Universitat de les Illes Balears (UIB) bajo el título La fi del model de Magaluf?, enfocada en los cambios del núcleo turístico calvianer y la evolución -o falta de evolución- de los británicos que cada año veranean allí, así como sobre la reconversión hotelera de los complejos turísticos de masas. La conferencia fue complementada por una mesa redonda con la participación de María Sebastián, doctora en Historia del Arte, e Ivan Murray, profesor titular de Geografía Humana. El doctor en Geografía Macià Blázquez, moderó el debate.
¿Y qué cosas sí han cambiado desde aquel ya lejano 1997? «La exhibición del britanicismo», explica Andrews. «Se ha perdido toda esa antigua exuberancia a la hora de alardear de la identidad nacional británica con las banderas, los tatuajes... Supongo que refleja los cambios experimentados estos años en una sociedad que se ha vuelto más diversa y que entiende de otra manera la identidad nacional».
Por otro lado, Magaluf sigue manteniendo ese sambenito de zona de tránsito obligado para los jóvenes, una suerte de viaje iniciático antes de dar el salto a la edad adulta. Como un ritual que se transmite de generación en generación. «Esa visión no ha cambiado, pero no son solo los jóvenes: puedes ver a gente de más edad, parejas maduras completamente borrachas y con comportamientos desagradables».
Andrews afirma que el futuro de Magaluf «dependerá de los propietarios de los hoteles» y del modelo que estos pretendan imponer para la zona. Acabar con el turista de playa y cubata es difícil y no puede hacerse de un año para otro, asume, aunque la subida de los precios se está empezando a notar en un progresivo trasvase hacia destinos más económicos
Los tabloides británicos se hicieron eco el pasado verano de una supuesta persecución a los turistas de Reino Unido, de un repudio creciente traducido en precios más elevados -y más aptos para bolsillos alemanes o escandinavos- y leyes contra los comportamientos incívicos por los que son comúnmente conocidos. «Los turistas ingleses tienen una mala reputación que entiendo y que además se nota más porque son muchos los que suelen concentrarse en determinadas zonas». La ley antiexcesos del Govern, asegura, no cayó bien. «No les gustan las restricciones».
9 comentarios
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Raen DallMe imagino que has viajado poco..
EntoncesEspaña el país más retrasado en todo y en todo europa
Hay británicos y británicos. El otro día se llenó de ellos todo el autobús de la línea 1 y todos muy educados y sin hacerse notar. Lo que va a Magaluf no lo quieren ni en su lugar de origen.
Esperan lo de siempre. Magaluf no siempre ha sido así, han existido Magaluf, para familias, sin borrachos...realidad impuesta por intereses económicos de unos pocos
Tiempo de británicos ya a pasado solo queda la fama de eran los mejores Ahora mismo no tienen dinero de antes vamos están en cola atrás Es mejor que venga más turismo de Europa de este
Per aquest motiu hem de tomar la primera línea d'hotels i dedicar la segona línia a vivenda.
El turismo joven y de borrachera existe y existirá siempre...Si desaparece en Magalluf, es porque se habrá trasladado a otro sitio.Por otro lado,mucha mala fama que se le da al turismo británico y los que hemos trabajado muchos años en el sector turístico con esta y otras nacionalidades,os puedo asegurar que los británicos son los mejores con diferencia...Y los peores os lo podéis imaginar.
Los británicos tendrían que encontrarse con Magaluf cerrado y que tuviesen que ir a beber a su país. Borrachuzos.
Se atreverá el Govern Balear a una campaña en el Reino Unido y Alemania como la de Ámsterdam diciendo en esos países "Si planeas unas vacaciones de alcohol y sexos en Mallorca, quedate dónde estás. No eres bienvenido. Y las leyes españolas son estrictas." Cree la investigadora que esa iniciativa es posible? Serviría para algo?