Josep Amengual sujeta su libro en el claustro del Monestir de la Real, del que es el prior. | Teresa Ayuga

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El eminente historiador Josep Amengual, prior del Monestir de la Real, ha publicado recientemente Gimnèsies, Pitiüses i Balears. Maiorica i Minorica, que plasma los nombres de las Islas y de sus ciudades desde la Antigüedad. Amengual explica que «fue hace dos años cuando decidí escribir este libro, dedicado a la doctora María Luisa Sánchez León, porque me intrigaban los nombres de Mallorca y Menorca. No me cuadraba que algunos autores dijesen que tenían raíces muy antiguas, por lo que he reunido todos los textos sobre los nombres originarios de Baleares».

Así, por un estricto orden cronológico, Amengual señala que «el primer nombre conocido y referido a las actuales Baleares es el de Pitiousa, referenciado por el autor griego Alcman en el siglo VI antes de Cristo -a.C.-. Como es sabido, significa ‘isla de los pinos’». La segunda referencia es Gymnesiai, referido a Mallorca y Menorca. Josep Amengual indica que «este toponímico plural es también del siglo VI a.C. y corresponde a Hecateo, otro autor griego. En este caso, el nombre deriva de gymnetes, que significa ‘personas desnudas’. Seguramente, las embarcaciones griegas aprovechaban el verano para navegar y por ello encontraban en esa estación personas desnudas en las Gymnesiai

En tercer lugar, el nombre actual de Baleares tendría su primera referencia en el toponímico Baliaridai, que, según el historiador, «corresponde a un papiro de autor desconocido del siglo III a.C., de la época de los ptolomeos. Baliaridai tendría relación con ‘lanzadores de hondas’, los famosos foners. Baliaridai sustituirá el nombre de Gymnesiai». A partir de aquí, se producen derivaciones. Amengual precisa que «Pitiousa se transforma en nombres singularizados para cada una de las Pitiusas: Ebousa para la mayor, que probablemente procede de la divinidad fenicia Bes, y Ophiousa para Formentera, que significa ‘isla de las serpientes’. Hay que destacar que el historiador griego Hecateo habló de Kromiusa para referirse a Mallorca en los siglos VI-V a.C., que significa ‘isla de las cebollas’, y Melousa para referirse a Menorca, de significado desconocido».

En cuanto a las Baliaridai, Amengual apunta que «los romanos las singularizaron en latín con los nombres de Baliaris Maior y Baliaris Minor. Así lo hace Tito Livio en el siglo I a.C. En el año 123 a.C., la conquista por parte de Cecilio Metelo le aporta el título de Balearicus. Con el tiempo, Baliaris Maior evoluciona a Maiorica y Baliaris Minor lo hace a Minorica. La carta del obispo Severo de Menorca ya menciona Maiorica y Minorica en el año 418 d.C. Por su parte, el origen del nombre actual de Formentera lo localizamos en el topónimo de Fermentella, en la Crónica de Alfonso I de León, que procedería de frumentum, referido al trigo».

El apunte

Palma y ‘Polentia’, mencionados por primera vez por Estrabón

En cuanto a las ciudades, cabe destacar los casos ya conocidos de Palma y ‘Polentia’, mencionados por primera vez en el siglo I a.C. por Estrabón y más adelante por Pomponio Mela, que era hispano, en el siglo I d.C. Josep Amengual comenta que «el nombre de Palma es relativo a la palma como símbolo de la victoria y el de ‘Polentia’ a una ciudad poderosa y triunfante, aunque cabe apuntar que hubo otras ‘Polentia’ en la península itálica”.