Carme Gonzalvo, enfermera especializada en salud mental. | Teresa Ayuga

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«Falta personal y recursos en Baleares para hacer frente a la demanda creciente de la población en materia de salud mental, la pandemia 'invisible'», recalca Carme Gonzalvo, enfermera especializada en salud mental, portavoz del Col.legi Oficial d’Infermeres i Infermeres de les Illes Balears y de la Asociación española de enfermería de Salud Mental AEESME. Con motivo del Día Internacional de la Enfermería en Salud Mental, el COIBA dar visibilidad al papel fundamental de las enfermeras especialistas en esta área en el cuidado de la salud mental de la población y reclaman un aumento de las plazas públicas.

Más consultas, más adicciones y más presión asistencial. Este es el día a día de los profesionales de los diferentes dispositivos de salud mental de Baleares tras el fin de las restricciones sanitarias y de las diferentes olas de la pandemia. Las consultas han aumentado hasta un 16 por ciento en lo que llevamos de año. Nunca antes se habían visto tantos casos. Una de cada cuatro personas sufrirá problemas de este tipo a lo largo de su vida. Lo venían avisando los expertos: la mella psicológica de la COVID iba a traer consigo una oleada de trastornos derivados del confinamiento, la crisis sanitaria y la incertidumbre ante una más que probable recesión económica y la guerra en Ucrania, a las puertas de casa. Esa nueva ola ya está aquí.

Solo hay que echar un vistazo a los datos que se manejan. 199.000 residentes, uno de cada diez baleares, consume antidepresivos, dos puntos más respecto al año 2019. Si hablamos de consumo de ansiolíticos, que tienen que ver con la ansiedad, una de las caras de la depresión, el consumo también aumenta hasta un 12,39 %, tres puntos más respecto a antes de la COVID-19. Combinando estos datos resulta que en total, 206.000 personas, el 17 % de la población, consumen psicofármacos. Es una cifra récord en las Islas. Por otro lado, la mella psicológica de la pandemia afecta más a las mujeres que a los hombres, un 70 % frente al 30 % de varones.

Según datos de 2022, solo hay 65 enfermeras y enfermeros especializados en salud mental trabajando en las Islas. «Hace falta más personal formado en este ámbito, ya que los casos de personas que precisan de ayuda aumentan cada año. No se cubre la demanda, los número no salen», recalca Carme Gonzalvo, vocal del COIBA. En este sentido, la enfermera hace hincapié en la importancia de su labor ya que «no trabajamos con tecnología si no con las palabras, la relación terapéutica y la comunicación con el paciente, pero también con los familiares», recuerda Gonzalvo.

Desde el Col.legi Oficial d’Infermeres i Infermeres de les Illes Balears recalcan que hacen falta más plazas de formación, más enfermeras especializadas y valorar mejor los requisitos, así como la estabilidad del personal de las unidades de salud mental. «Se trata de enfermedades que acompañan toda la vida, la cronicidad es la tónica habitual, si cambian de profesionales, se pierde la confianza, puedan dar pasos atrás».