Isabel Oviedo, presidenta de la Asociación Ecuatoriana e Iberoamericana de Mallorca.

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Las imágenes del asesinato de Fernando Villavicencio, candidato a la presidencia de Ecuador del partido Movimiento Concertación, han conmocionado este jueves al mundo y en especial, a la comunidad ecuatoriana inmigrante. En Mallorca, la presidenta de la Asociación Ecuatoriana e Iberoamericana, Isabel Oviedo, condena el «golpe a la democracia» y asegura que los ecuatorianos residentes en la Isla están «dolidos y consternados». Oviedo analiza la situación actual en la que ha quedado su país y advierte: el ambiente es tal que «la gente tiene miedo de salir a la calle, es una inseguridad total».

Llamando, enviando mensajes y revisando constantemente los medios digitales. Pese a la distancia, la comunidad ecuatoriana residente en la Isla ha seguido desde primera hora de este jueves muy de cerca todos los acontecimientos que se han precipitado en el país. «Hemos estado en contacto con los familiares y amigos que tenemos allí, para asegurarnos de que estaban bien y que nos contasen qué estaba pasando. Aquí esta mañana nos hemos levantado asombrados e indignados», explica Oviedo.

La ciudadanía, en manos de la mafia

Oviedo lleva 25 años viviendo en Mallorca y confiesa que «al estar lejos de la patria, uno tiende a idealizarla, recuerda su niñez y los mejores momentos, pero lo de este jueves ha sido un choque de realidad». El asesinato de Villavicencio ha impresionado a la comunidad internacional, pero Oviedo subraya que es solo una muestra de lo que lleva viviendo el país en los últimos años. «La ciudadanía está en manos de la mafia, que copa la delincuencia y los secuestros. Ir caminando con un móvil de alta gama en la mano es casi garantía de robo con violencia o asesinato», sentencia la misma. Precisamente, tal nivel de violencia es lo que ha motivado a miles de ecuatorianos a emigrar.

De cara al futuro, la presidenta de la Asociación Ecuatoriana en Mallorca se muestra desesperanzada: «Villavicencio era un periodista que investigaba a los cárteles y las mafias; las quería combatir, primero como comunicador y luego como político. Y así ha acabado...», lamenta. Aunque con cierta cautela en cuanto a la veracidad del resultado de las urnas -«¿Con qué actitud va a votar la población si muchos no van a querer ir a votar por miedo a salir de casa y no volver?», pregunta- se mantiene a la espera de la creación del nuevo Ejecutivo, con la esperanza de que la estremecedora noticia suponga un punto de inflexión en la lucha contra las mafias y los carteles internacionales: Nuestra esperanza es que el nuevo presidente y la nueva Asamblea electas tengan la suficiente sabiduría y acierto en su acción para sacar adelante la difícil situación en la que se encuentra nuestro país. Yo tengo fe en ello... Deseo que sea así, sobre todo por el bien de todos los ecuatorianos».