A la derecha, Lesya, junto a varias familias ucranianas.

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Lesya Kuznyuk, de 34 años, llegó a Mallorca el verano de 2021. Fue clave para entidades como Creu Roja durante la llegada masiva de ucranianos hacia las Islas, ya que ayudaba en las traducciones. Poco a poco, empezó su propio proyecto cultural. Quería dar a conocer a los refugiados las tradiciones mallorquinas y su paisaje. Preparaba actividades, de forma esporádica, con muy pocas familias ucranianas. Pero tras un año de actividades, esta joven decidió montar una asociación.Se llama ArFa Mallorca y ya son más de un centenar de actividades, entre ocio, visitas y excursiones.

«De tener una idea se ha convertido en algo educativo, algo diferente que motiva a los refugiados que siguen teniendo dificultades. Se apuntan a la excursión y da igual si llueve, si hace calor o hay que caminar mucho. Tienen siempre ganas. Cada excursión es una historia que no se repite», asegura Lesya. Con su asociación espera hacer «más actividades» y, sobre todo, «visitar los museos que todavía no hemos visto, como el de Rafa Nadal».

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Anécdotas
Entre su registro de actividades, hay espacio para comidas grupales, risas e historias que marcan. Con esto último se refiere a un matrimonio ucraniano mayor que «fueron nuestros talismanes. Han visitado casi todas la actividades que he realizado, más de 124 y siempre con entusiasmo», recuerda.

Otra vez, rememora, «se rompió el autocar en mitad de la autopista y tuvimos que ir caminando hasta Natura Parc. Allí nos acogieron con una sonrisa y con los brazos abiertos, fue bonito». Lesya está inmersa en este proyecto que asegura que aporta un granito de felicidad a las familias refugiadas de nuestra Isla.