Dos trabajadoras de una lavandería industrial en plena faena. | Josep Bagur Gomila

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La huelga del sector de las lavanderías está más cerca. La patronal planteó ayer una propuesta que ella misma calificó de «definitiva» y de la que por tanto, avisa, ya no se va a mover. Los sindicatos llevarán dicha propuesta a votación en asamblea este fin de semana para dar una respuesta el lunes, aunque estos también avisan: la oferta es «insuficiente» y no cumple los requisitos mínimos que se habían marcado. De esta manera, el sector parece abocado a un parón que va a afectar de lleno al sector turístico en plena temporada alta.

Por lo pronto, en caso de ir a la huelga ya se han pactado con el Govern servicios mínimos en el sector sociosanitario, en especial en hospitales y residencias. Así se ha acordado con la directora general de Treball i Salut Laboral, Catalina Teresa Cabrer. Al mismo tiempo, ya se han descartado oficialmente que esos servicios mínimos cubran los hoteles. «Si yo fuera hotelero estaría preocupado», advierten desde la bancada sindical.

De este modo, las negociaciones para evitar la huelga indefinida en el sector de las lavanderías, convocada a partir del 1 de agosto, continuarían el próximo lunes después de que patronal y sindicatos ni siquiera llegaran ayer a la firma de un preacuerdo, después de la tercera jornada de negociaciones en la sede del Tribunal d'Arbitratge i Mediació de Balears (Tamib).

La propuesta que la patronal ha dejado sobre la mesa de los sindicatos CCOO y UGT traspasa una de las innegociables «líneas rojas» que se habían fijado, los dos días libres a la semana: la oferta de la patronal no pasa del día y medio. No puede ser que algunas lavanderías tengan dos días libres a la semana y otras no, eso significaría que hay lavanderías de primera y otras de segunda», señala el representante de CCOO Hábitat, Miguel Pardo.

Por otro lado, ante la petición de subir el sueldo base de los 1.080 a los 1.300 euros, la patronal accede a llegar a los 1.200 euros, aunque absorbiendo todos los pluses, algo que a priori tampoco contentaría a los trabajadores. De este modo, prácticamente se cumplen todos los condicionantes para que la propuesta sea rechazada, mientras que la posibilidad de una nueva oferta por parte de la patronal se antoja remota. «No tenemos absolutamente ninguna esperanza de que vaya a haber ninguna oferta más», admite Pardo. El próximo lunes, fecha límite para al desenlace de un conflicto que mantiene en vilo no solo a los hoteles, sino también a turoperadores y resto del sector por el impacto que podría tener sobre la temporada turística.