Desencuentros en las últimas semanas entre taxistas y conductores de VTC. | Youtube Ultima Hora

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Ruedas pinchadas, rotura de lunas, acoso en la carretera, insultos e incluso agresiones físicas. Los trabajadores de Uber aseguran estar «totalmente desesperados» ante la campaña de acoso que sufren por parte del colectivo de taxistas. Denuncian que, a diario, mientras conducen, se les echan encima, les cortan el paso y, en definitiva, «ponen en peligro a trabajadores VTC, pasajeros, otros conductores que circulan por la calle con su maniobras invasivas y a ellos mismos. Aquí va a terminar sucediendo una tragedia», advierte un empleado de la empresa que lleva el servicio en la Isla.

El servicio VTC comenzó en Mallorca hace poco más de un mes, el 8 de junio, y desde el primer día el clima de tensión entre colectivos no ha hecho más que aumentar. «Y cada día es peor», dice con pesar un conductor, que tiene miedo a dar la cara. «Nosotros solo somos unos empleados, estamos contratados, el coche no es nuestro y cobramos lo mismo cada mes, haya más o menos viajes. Solo pretendemos hacer nuestro trabajo y alimentar a nuestras familias. Nada más», recalca.

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Los conductores VTC denuncian que varios compañeros han dejado el trabajo cansados de la campaña de acoso de los taxistas, «no aguantaron la presión a la que nos someten a diario. Y cada vez va a peor. Nos acosan las 24 horas del día, nos graban con sus móviles, nos increpan. Así es imposible trabajar», denuncian. Por eso, han decidido tomar cartas en el asunto y la próxima semana presentarán una denuncia colectiva en la Policía.

«Han agredido a nuestros pasajeros, que ha sido sometidos a situaciones de mucho miedo y estrés. Y esto afecta a la imagen de nuestra Isla de cara a turistas y ciudadanos locales. Dia a día vemos cómo nos graban, sin motivo alguno, lo cual va contra nuestra privacidad. Nos paran en cualquier momento y hora del día de manera violenta, sin importarles que vayamos con pasajeros, incluso a veces cortando el tráfico. Nos exigen que les enseñemos nuestro servicio en la aplicación, realizando la tarea que únicamente le corresponde a la Policía Local», advierten los trabajadores de Uber.

En este sentido, otro conductor relata un episodio vivido este fin de semana: «Llevaba a dos pasajeras del Arenal a Sóller, y al llegar a la localidad y pasar por una parada de taxis, me fijé en cómo un taxista, acompañado por dos hombres más, me grababa con su móvil. Cuando regresaba a Palma me tocó volver a pasar por el mismo sitio, y allí estaba él. Me he parado, le he preguntado por qué me grababa y que quería que borrara el video de su galería; su respuesta fue bajarse los pantalones, enseñarme el culo y decirme que él podía grabar a quien quisiera», relata el empleado de Uber.