Llorenç Galmés muestra la vara de mando de presidente del Consell de Mallorca. | Miquel Àngel Cañellas

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El ‘popular' Llorenç Galmés ya es el nuevo presidente del Consell de Mallorca gracias al pacto de gobierno firmado con Vox, que le ha otorgado la mayoría necesaria para ser investido. La sesión ha tenido lugar este sábado por la tarde en el Palau del Consell, donde ha pronunciado un discurso en el que ha defendido que «las mujeres y hombres de esta tierra enviaron un mensaje contundente en las urnas, donde pedían cambio, y es nuestra responsabilidad responder a su confianza; le pese a quien le pese», ha afirmado, lanzando una clara puya a la oposición, que en los últimos días ha cargado con dureza contra el acuerdo con Vox.

Durante su intervención ha defendido el pacto con sus socios porque «hemos sido capaces de negociar, de consensuar y llegar a un buen acuerdo que constituirá la agenda del próximo gobierno insular». De hecho, Galmés ha justificado en diversas ocasiones su unión con la derecha radical porque «respeta el mandato de las urnas y la libertad de la gente». Como ya hizo el día que firmó el acuerdo con Pedro Bestard en La Misericòrdia, Galmés ha dicho que su proyecto no implica «dar ningún paso atrás en los derechos de los ciudadanos, pese al miedo y el alarmismo que algunos escampan interesadamente», refiriéndose a la oposición, representada por el PSIB, Més y el PI.

El pleno del Consell de Mallorca, escuchando el discurso de Galmés. Foto: Miquel Àngel Cañellas

El discurso de Galmés ha seguido la misma línea filosófica que el pronunciado por la presidenta balear Marga Prohens el viernes en La Llotja. Una intervención centrada en el individuo, la defensa de la propiedad privada y en contra del intervencionismo de la Administración pública. El nuevo presidente también ha apostado por el autogobierno del Consell, que Vox, pese a formar parte ahora del gobierno insular, pide suprimir a favor del centralismo del Estado.

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El pacto con Vox ha implicado que el nuevo gobierno insular suprima las direcciones insulares de Política Lingüística y Igualtat, que será sustituida por una de Famílies «para promocionar la igualdad social e impulsar la conciliación», según Galmés. El ‘popular’ ha vuelto a repetir que garantizarán toda la asistencia y apoyo enfrente de la violencia contra las mujeres. El resto de su intervención la ha aprovechado para recordar algunas de las medidas ya anunciadas que pondrá en marcha su gobierno, como la eliminación del carril Bus-VAO y el límite máximo de 80 kilómetros por hora en la Vía de Cintura de Palma. Así como la auditoría en el Institut Mallorquí d’Afers Socials (IMAS) por el caso de las menores tuteladas que fueron explotadas sexualmente.

Tutelado por Abascal y Feijó

El portavoz de Més, Jaume Alzamora, ha acusado a Galmés de presidir un Consell «tutelado por Santiago Abascal y Alberto Núñez Feijóo», líderes nacionales de Vox y el PP, respectivamente. A juicio del soberanista el gobierno insular naciente es legítimo por el respaldo de las urnas, pero carece de «la dignidad que la ciudadanía merece». «Galmés se ha encadenado a la derecha rancia, ultra y negacionista del cambio climático», le ha dicho.

La antecesora del nuevo presidente, la socialista Catalina Cladera, ha prometido «un traslado limpio y transparente», y ha defendido que dejan una Mallorca más justa y próspera, con más empleo y cohesión social por la gestión del Pacte de izquierdas. Para la dirigente del PSIB, Galmés ha cambiado «dignidad por sillas» y se pone en manos de negacionistas del cambio climático y la violencia machista, que priman el castellano sobre «la lengua catalana propia de Mallorca» y promueven «una sociedad desigual y clasista». Cladera se ha referido al concepto de libertad del PP, como simplemente «quitar un par de señales de tráfico en la Vía de Cintura». «Libertad es que una persona pueda decidir como vive la última etapa de su vida o que pueda querer de acuerdo con aquello que es», ha señalado.

El portavoz del Pi, Toni Salas, ha lamentado que no facilitara un gobierno del PP sin la extrema derecha, pero ha subrayado que, descartada esa opción, no perderá el tiempo en la «crítica destructiva». Ha exigido que no se «retroceda» en la apuesta por la lengua catalana y la igualdad de género.