Dos albañiles faenando en un edificio en obras en Maó. | Gemma Andreu

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La falta de personal continúa siendo, a día de hoy, el principal problema para las empresas baleares. Hasta el punto de que el no disponer de mano de obra suficiente está lastrando sus posibilidades de crecimiento e inversión empresarial, a pesar de un contexto marcado por la consolidación de la recuperación pospandemia y del arrollador arranque de la temporada turística.

Se trata de una situación con visos de enquistarse y convertirse en un problema estructural, puesto que no hay salidas fáciles a la vista: la masa trabajadora local no da más de sí, con pleno empleo ya en el mes de mayo -más de 600.000 afiliados a la Seguridad Social por vez primera en ese mes y una tasa de paro de solo el 4,6 %- y el precio de la vivienda es un muro insalvable para la llegada de los temporeros. «Las empresas no están funcionando al 100 % de sus posibilidades ni desarrollan toda la actividad que podrían por falta de personal», señala el presidente de la Federación de la Pequeña y Mediana Empresa de Mallorca (PIMEM), Jordi Mora.

Un diagnóstico que certifica lo ya apuntado en la última encuesta del Banco de España sobre actividad empresarial en el segundo trimestre: que los problemas asociados a la falta de trabajadores «siguen afectando a un porcentaje elevado de empresas» -especialmente en agricultura, hostelería y construcción-, lo cual «estaría condicionando negativamente las decisiones de inversión».

Así, mientras que la incertidumbre ante la actual situación económica es el factor más mencionado entre las empresas como condicionante negativo para la inversión, la disponibilidad de mano de obra ya es el segundo factor más decisivo, por delante de otros como el acceso a financiación externa, disponibilidad de recursos propios o retracción de la demanda. Por otro lado, entre los factores que inciden negativamente sobre la actividad, la falta de trabajadores es el único que se mantiene constante frente al retroceso de otros como el atasco de suministros o los sobrecostes energéticos.

«Hay gente con tres restaurantes que ahora mismo, en plena temporada alta, solo puede tener dos de ellos abiertos por falta de personal. Lo mismo sucede con algunos comercios», señala Mora para añadir que se trata de un problema «estructural e intersectorial» y, ahora mismo, «el principal problema de las empresas». La propia PIMEM recomendó a sus asociados meses atrás que completaran sus plantillas con más antelación de lo acostumbrado para atajar el problema, aunque «en el momento en que pierden a uno o dos trabajadores se crea un agujero muy difícil de tapar», explica el presidente de la patronal, quien subraya que las carencias a nivel formativo son un problema importante pero no el único: falta personal tanto cualificado como no cualificado.

Para Francisco Martorell, presidente de la patronal ASIMA, que engloba a los industriales de los polígonos de Son Castelló y Can Valero, resalta que están teniendo «muchas dificultades» y que se trata de un problema «de difícil solución porque hay una distorsión del mercado de trabajo». La construcción es uno de los sectores que está viendo ralentizada su actividad por no poder completar sus plantillas. Desde la Asociación de Constructores de Mallorca -integrada en CAEB- que preside Fanny Alba, aseguran que «más de la mitad de las constructoras podrían asumir más obras si pudieran aumentar sus plantillas». Asimismo, calculan que se necesitarían entre 8.000 y 10.000 trabajadores más de los actualmente disponibles. Prácticamente hay carestía en todos los perfiles, desde el personal más cualificado hasta peones.

De este modo, aseguran que poder disponer de más personal favorecería la agilidad en las obras y el inicio de nuevos proyectos, pero en la situación actual «las constructoras ven limitada su capacidad operativa y su actividad inversora». Otro problema para la construcción derivado de las carestías en cuestión de personal están ralentizando el reparto de los fondos Next Generation. «Están llegando muchos millones de euros y casi todos pasan por el sector inmobiliario, pero necesitamos más gente para seguir trabajando y aprovechar ese dinero», lamentan.