Los primeros estudiantes llegaron el día 10 procedentes de Madrid y la Comunida Valenciana. | Laura Becerra

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Los viajes de fin de curso se deshinchan este verano. Las agencias que organizan estas estancias tienen claro que Mallorca ya no es el destino preferido para los jóvenes que quieren venir con la intención de desconectar de los estudios y pasárselo bien. Entre los motivos, está que las familias han perdido poder adquisitivo, que sale caro alojarse en la Isla y que así, es imposible competir con las ofertas baratas que ofrecen otros destinos europeos o internacionales, como la Rivera Maya. Pero principalmente, «impacta las trabas que pone el Govern y las reticencias del sector hotelero por acoger a este turismo», asegura el CEO del grupo Delem Ocio, Juan Manuel López.

Y es que el número de hoteles para acoger a este tipo de clientes se ha reducido, al menos, un 40 %, según esta agencia. Es casi la mitad de la que había el verano pasado disponible para acoger los estudiantes, que se repartieron en unos 25 establecimientos.

López lamenta que esta situación vaya a empeorar más. «Recibimos un acoso total por parte de las instituciones, nos discriminan. Los hoteleros tienen miedo por las inspecciones diarias», denuncia a este diario. Los datos de este año son muy inferiores a los registrados en 2022.

Entre el 10 y el 30 de junio, los viajes de estudios generarán unas 90.000 pernoctaciones en establecimientos hoteleros en zonas entre Magaluf y s’Arenal, mientras que el año pasado se registraron 140.000 estancias. Esto se debe a que la Isla recibirá este año a cerca de 18.000 jóvenes, un 28 % menos respecto a la temporada anterior, en la que llegaron 25.000.

En cuanto al impacto económico, las empresas organizadoras prevén que su estancia repercuta con 16,2 millones de euros, frente a los 30 millones que dejaron en 2022. «Es una previsión económica teniendo en cuenta que el desembolso por estudiante será este año de una media de 800 o 900 euros», explica Juan Manuel López. En este sentido, varía el precio dependiendo del paquete que se contrate, a lo que se suman el transporte, las actividades o el ocio nocturno u otros extras. Asimismo, el gasto que estos jóvenes realicen en Mallorca durante sus cinco días de estancia será inferior esta temporada. «Lo que vemos es que ofrecen menos servicio a un precio caro. La Isla ya no es un destino agradable para los jóvenes. Merece más la pena irse una semana a Rivera Maya que cinco días aquí», asegura López.