Algunos colegios de las Islas recurren al ventilador para sobrellevar las altas temperaturas.

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El cambio climático está motivando un incremento de las temperaturas. Sin ir más lejos, este pasado mes de abril se ha producido en las Islas un episodio de calor extremo que ha provocado que se superen los 30º en muchos puntos, dando lugar a récords históricos de temperaturas. Además, el calor cada vez llega antes y en primavera hay días en los que se registran temperaturas propias del verano. Uno de los colectivos que más padecen estas consecuencias es la comunidad educativa, ya que en muchos colegios no hay aire acondicionado. Además, muchas actividades deportivas se producen al aire libre.

Ante esta situación, la Conselleria d'Educación ha elaborado un protocolo de actuación «con el fin de velar por el bienestar y la salud de los miembros de la comunidad educativa». Este plan podrá activarse entre el 1 de junio y el 31 de julio y del 1 al 30 de septiembre, sin perjuicio de que pueda realizarse en otros momentos si las condiciones meteorológicas así lo determinan. Desde Educació han precisado que será la Direcció General de Planificació la que informará a los centros de la activación del protocolo a partir del boletín de avisos determinado por la Dirección General de Emergencias e Interior y con los valores aportados diariamente por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).

Cierre de los colegios

En concreto, se establecen cuatro niveles de alerta meteorológica: verde, amarillo, naranja y rojo. La alerta se activa a partir del nivel amarillo. En este caso se establecen medidas generales, como la realización de las actividades en los espacios menos calurosos o la recomendación de que alumnos y profesores estén bien hidratados, entre otras. A partir del nivel naranja las medidas organizativas se amplían y los centros pueden flexibilizar el horario, modificar grupos y reorganizar las actividades lectivas. Los padres que obten por no llevar a sus hijos a clase a consecuecia de las altas temperaturas podrán hacerlo previamente y la falta se considerará justificada; el estudiante podrá recuperar las actividades previstas o las pruebas perdidas en un nuevo horario establecido. En el caso de llegar a la alerta roja está previsto el cierre de los colegios. No obstante, fuentes d'Educació han precisado que el curso termina el día 23 de junio y no es habitual tener que activar alerta roja por altas temperaturas antes de esa fecha.

El Protocolo también incluye recomendaciones generales de protección, seguridad y bienestar, entre las que se pueden destacar las de mantenerse hidratado, permanecer el mayor tiempo posible en lugares frescos, a la sombra o climatizados, y refrescarse cada vez que se necesite o consultar a un profesional sanitario ante síntomas que se prolonguen más de una hora y que puedan estar relacionados con las altas temperaturas.

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Meses complicados por el calor

«Es un hecho que las olas de calor en las Islas Baleares son cada vez más habituales. Las elevadas temperaturas son frecuentes en la primera y última parte del calendario escolar, siendo los meses más afectados los de mayo, junio, septiembre y octubre. En este sentido, es durante estos meses cuando se pueden producir situaciones de altas temperaturas que pueden dificultar el normal desarrollo de la actividad educativa en los centros docentes», han justificado desde Educació. Además, la Aemet ha avisado que este año se espera que se produzca el fenómeno de 'El Niño', que daría lugar a temperaturas más elevadas de lo habitual.

Por todo ello, los titulares autonómicos d'Educació han elaborado un protocolo con «medidas y actuaciones que se pueden seleccionar, adaptar, concretar y poner en práctica por parte de los centros docentes para planificar las actuaciones que les permitan minimizar o neutralizar las consecuencias de las altas temperaturas. Su intención es preservar la salud y el bienestar de todos los miembros de la comunidad educativa; especialmente del alumnado, así como del profesorado y de otros trabajadores de los centros educativos».

Las mismas fuentes han destacado que «el hecho de disponer de un plan de actuación frente a las altas temperaturas permite reducir el tiempo necesario para resolver cada situación, así como reducir el margen de error en las decisiones a adoptar, dado que se basarán en el análisis previo de las medidas organizativas que deben tomarse en función de las características del centro. Al mismo tiempo, reduce la incertidumbre y aporta seguridad a todos los miembros de la comunidad educativa, entre otros aspectos», han justificado.

Este protocolo autonómico, que se envió a los centros educativos de las Islas el pasado 1 de septiembre, se complementará con un plan de adaptación climatológica del Ministerio de Educación. «Incluirá estudios técnicos específicos de análisis de la realidad bioclimática y de confort de los centros docentes para determinar sus características a partir de su ubicación geográfica, orientación, grado de exposición al sol, tipología constructiva, materiales de construcción empleados, calidad del aislamiento, etc., para determinar la necesidad de realizar en los centros actuaciones en materia de aislamiento térmico (aislamiento de tejados, fachadas y ventanas), ventilación, instalación de sistemas de climatización o de temperamento de la temperatura o zonas de sombra en los espacios exteriores», han precisado.

Auditorías climáticas en los centros

El departamento liderado por el conseller Martí March ha solicitado información sobre las condiciones climáticas de los centros de infantil y primaria a los ayuntamientos de las Islas (son sus propietarios) con la finalidad de elaborar auditorías climática; en el caso de los de secundaria las hará la Conselleria. Cuando estén finalizadas se hará un plan de climatización, en el que se priorizarán los centros que requieran una intervención urgente para garantizar las condiciones óptimas de la comunidad educativa.