Visitantes en la playa de es Trenc | Teresa Ayuga

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El crecimiento demográfico y turístico de Mallorca sigue imparable y el Institut Balear d’Estadística dio este martes una nueva cifra para el libro de los récords: la Isla cerró el mes de febrero con más de un millón de personas al mismo tiempo en su territorio en pleno invierno. Nunca antes en la historia de Mallorca había habido tantos residentes y visitantes en febrero hasta el punto de que, por primera vez, se superó la barrera estadística y psicológica del millón. Son datos oficiales que ayer hizo públicos el Institut Balear d’Estadística (Ibestat).

Entre el 14 y el 21 de febrero de este año, había en Mallorca más de un millón de habitantes y el pico máximo de febrero se produjo el día 21,    fecha en la que Mallorca sumaba 1.017.534 personas a la vez entre residentes y turistas. Para contextualizar este dato y comprender la profunda transformación que ha sufrido la isla en estos últimos 25 años, vale la pena mirar a la cifra de visitantes y turistas de entonces. La cifra que se ha alcanzado este año en febrero es casi la misma que se alcanzó entones en agosto: el máximo de febrero de 2023 fue de 1.017.534 personas; el máximo de agosto de 1998 fue de 1.037.872 personas, entre residentes y turistas.

Este aumento de presión humana, que es lo que mide el Ibestat, se debe a dos factores que operan al mismo tiempo. Uno de ellos tiene que ver con el imparable incremento de turistas que llegan cada año a las Islas, con récords de llegadas, con la excepción de los años COVID.

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Los anhelos de desestacionalización de los años 90 se han cumplido t la temporada turística se ha alargado. Sin embargo, eso no ha servido para contener la llegada de visitantes durante los meses de verano, la otra pretensión de la época. La desestacionalización debía ser para llegaran turistas todo el año y eso diera más estabilidad al empleo, pero no se pensaba que ese aumento sería equivalente durante los meses de verano, sobre los que ya había presión turística.

La explosión demográfica

El segundo factor que explica que Mallorca haya roto la barrera del millón de personas en pleno invierno tiene que ver con la explosión demográfica que se ha vivido en ese periodo. Llegan más turistas, pero también llegan más residentes atraídos por un modelo económico que crea puestos de trabajo, aunque alguno de ellos haya sido de muy baja calidad durante años.

En el año 1998, hace un cuarto de siglo, vivían en Mallorca 637.510 personas. El 1 de enero del año 2022, la última cifra oficial, la población que vivía en la Isla sumaba 914.564 habitantes. El aumento ha sido del 44 %. Con esta progresión, en los próximos 25 años la Isla sumará otros 400.000 habitantes y casi alcanzará 1,5 millones de residentes. Sin contar a los turistas.

Las claves
  1. Previsiones de mayor crecimiento durante el verano

    Las previsiones apuntan a que la llegada de turistas a las Islas irá en aumento durante la temporada y las previsiones apuntan a un verano de récord con la llegada de visitantes. De hecho, Mallorca batió el año pasado en agosto el índice de presión humana de toda su historia.

  2. A la espera del censo provisional del año 2023

    El Instituto Nacional de Estadística aún no ha publicado el dato provisional de población en las Islas a 1 de enero de este año, pero se prevé un nuevo aumento en el número de habitantes ya que se ha constatada una progresiva llegada de inmigrantes procedentes de países de Latinoamérica.

  3. Limitaciones para evitar el colapso en algunas zonas

    Las autoridades de la Isla han tenido que anunciar limitaciones en algunos puntos, como en Formentor, para evitar el colapso de coches. Las limitaciones al acceso a este punto de atracción turística se han tenido que ir adelantando cada año como consecuencia de la gran presencia de coches.

  4. Más temporada: personal fijo hasta el verano

    La pasada Semana Santa es una referencia de cómo será la temporada de verano. Los empresarios la han calificado de excelente y muchos han decidido mantener fijas a las plantillas hasta que acabe la temporada, cuando hace años lo habitual era cerrar tras Semanas Santa y volver a contratar.