Carlos Gómez, Eduardo Calderón, Miguel Coca, Martín Aleñar, Javier Boig y José María Alonso. | Jaume Morey

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La Real Academia de Jurisprudencia y Legislación ha celebrado una de sus sesiones más cálidas y multitudinarias en homenaje a su expresidente, abogado y profesor universitario, Gabriel Garcías Planas, fallecido en junio del año pasado. El magistrado jubilado y también docente, Eduardo Calderón, ha resumido la idea fundamental de todos los oradores: «Era un hombre bueno».

El catedrático de la Universidad de Valencia, Javier Boig, ha recordado que conoció a Garcías el 23-F en una conferencia, ‘La Constitución hoy’ cuando empezaba a caminar la facultad de Derecho de la UIB. «Tuvo un papel fundamental en la puesta en funcionamiento de la facultad», ha destacado y también su faceta académica: «Entendía la teoría de una forma muy práctica y concreta. Intentaba trasmitir que el abogado siempre debe guardar consideración, respeto e independencia, si es posible, hasta del propio cliente».

José María Alonso, abogado que compartió despacho con Garcías 19 años. «Es importante recordarle como un ejemplo de honestidad. A todos los que pasamos por el despacho nos marcó profundamente» y ha citado una de sus máximas: «Como abogado puedes defenderlo todo, pero no de cualquier manera».

Calderón ha hecho un repaso por la bibliografía de Garcías. Ha destacado su trabajo junto a la ONU en torno a la legislación de las drogas en 1986 y sus ‘Reglas mínimas del Derecho Penal’. También le ha recordado en juicio: «Cuando yo presidía siempre me refería a él como ‘doctor’ y hacía como que no se enteraba pero creo que le gustaba. Agradezco la concreción en sus escritos. Siempre iba al grano».

El presidente del TSJIB, Carlos Gómez, se ha ocupado de la biografía de Garcías, desde su nacimiento en Son Armadans, su educación en Monte Sión y en Barcelona. «En su vida fueron más importantes las personas que las doctrinas». También ha señalado que su trayectoria vital cuenta muchas más cosas: «El cambio de una Palma provinciana a una cosmopolita, él diría que demasiado; la consolidación de una abogacía independiente o la puesta en marcha de la Universitat». El presidente de la Academia, Miquel Coca ha recordado, que además de presidir el organismo, Garcías fue uno de sus fundadores. El decano de los abogados, Martín Aleñar le calificó como «un auténtico maestro de abogados y compañero de lujo».