Parte de las asociadas de Auba Mallorca, preparando la ropa que ponen a la vente en el mercadillo solidario, este sábado día 25. Toda la ropa ha sido donada por una tienda. | Teresa Ayuga

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María era una chica muy joven, de 33 años, cuando le detectaron cáncer de mama en 2003. No encontró el apoyo que necesitaba y se encontró sola en mitad del abismo. María falleció hace unos años pero su historia fue el principio de Auba Mallorca, asociación de mujeres afectadas por este cáncer. Ahora que cumple 20 años congrega una cuarentena de pacientes y supervivientes, a una fisioterapeuta y una psicóloga.

Bel Oliver, 63 años, primero fue paciente, después usuaria de Auba Mallorca y desde hace 15 años es presidenta. «No es una asociación que da per se ayuda económica, sino apoyo. Porque lo que se pasa con la quimioterapia solo lo entiende quien lo ha vivido». A Bel le detectaron un cáncer de mama cuanto tenía 46 años. En aquella época trabajaba en el Col·legi Oficial de Biòlegs de Balears «y no me renovaron. Me hundí en la miseria». Le tuvieron que hacer una mastectomía bilateral pero de todo el proceso han pasado 16 años.

«El cáncer me ha enseñado a agradecer mucho las cosas», dice Bel Oliver, que como presidenta se involucra «en cualquier momento del día» con las mujeres asociadas. Su relación con la entidad no llegó siendo paciente, sino tras todo su periplo por la enfermedad. «Buscaba una fisioterapeuta y me recomendaron Auba Mallorca. En el primer momento ya sentí que era mi casa».

Carme Mas forma parte de la junta directiva de la asociación desde hace seis años. En 2017 le diagnosticaron un cáncer de mama pero no fue necesaria la mastectomía. «Cuando acabé la quimio, y antes de la operación del tumor, mis dos hijas me animaron a ir un miércoles a la entidad porque hacían una reunión. Pero no estaba preparada hasta que fui yo sola y a partir de ahí continué», rememora.

Como paciente que ha sido Carme, y ahora miembro de Auba Mallorca, una de las cosas que más valoran las mujeres es «no estar solas en este proceso. Aquí vives cosas que solo sabemos nosotras, ni se cuentan a familiares ni a los médicos». También explica que cuando una paciente se cura «nos felicitamos entre todas y lo celebramos con alguna tarta o algo para compartir».

Mercadillo solidario

La asociación Auba Mallorca ha preparado un mercadillo solidario este sábado, 25 de febrero, en el Hostal Pons, en Palma. La ropa ha sido íntegramente donada por la tienda Suite 13 Lab y todo el dinero irá para la asociación.

La presidenta, Bel Oliver, recuerda que el dinero es escaso, puesto que parten de la cuota de las afiliadas para pagar los talleres, clases de reiki o pilates y charlas que realizan durante la semana. En este caso, si la entidad dispone de liquidez, pueden ayudar a las mujeres que lo necesiten para costearse, por ejemplo, una peluca que asciende a los 400 euros en algunos casos.

«Un cáncer te corta la vida, y es entonces cuando te das cuenta que la vida vuela. Por eso hacemos muchos talleres de gestión de las emociones para llevar bien, ante todo, las revisiones que te tocan durante toda la vida», apunta Bel Oliver, y aclara que «la imagen que tenemos no es, ni mucho menos, derrotista; aquí hay jóvenes y mayores que han salido o son pacientes. Y continúan si quieren ayudar a otras mujeres que entran».