Excursionistas por Valldemossa en una imagen de archivo. | R.D.

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«Son itinerarios sencillos y asequibles para todos los públicos, que pretenden dar a conocer la riqueza cultural de nuestro paisaje a través de historias, leyendas y el lenguaje oral, que es inmenso», explica el guía cultural de montaña Joan Carles Palos, que dirigirá dos de las excursiones de la iniciativa del Govern «La llengua camina» para fomentar el uso del catalán en las Islas.

El objetivo es crear espacios de socialización donde participen catalanohablantes y personas que quieran practicar esta lengua. La actividad está pensada para generar contextos y situaciones en las que aprendan y estén en contacto con el catalán y pueda usarlo, según ha informado la Direcció General de Política Lingüística.

Les excursiones también servirán para conocer el patrimonio de cada isla e incluirán una degustación gastronómica de productos típicos elaborados por establecimientos locales. Las salidas, que son gratuitas, contarán en la mayoría de casos con un servicio de autobús para ir hasta el punto de inicio de la ruta o volver desde el punto final. Las plazas son limitadas y se adjudicarán por orden de inscripción y por perfil de hablante (catalanohablantes y aprendices de la lengua catalana). Para más información sobre las horas de salida de los autobuses y de las excursiones, visitar la página web moulallengua.cat.

La propuesta del Govern forma parte de la campaña «Mou la llengua» y prevé dos rutas en Mallorca. La primera recorrerá tierras de Valldemossa y se celebrará este sábado 21 de enero. La leyenda central será la del amo de Son Pancuit, una historia popular sobre un payés ingenioso y un rey que cree saber más que el resto. También se visitará un pino catalogado en Sa Coma y la fuente de Na Rupit. La figura del Archiduque Luis Salvador no faltará a la cita, apunta Palos.

La otra excursión transcurrirá por la Vall de Sóller y está organizada para el 23 de febrero. La ruta también pasará por el puerto para comentar la historia del sistema defensivo de la localidad, que estaba protegida por el Castell del Port y la Torre Picada.