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«El voluntariado supone poner en práctica los valores que tengo en la vida para ayudar al prójimo. Tenemos mucha experiencia vital y debemos dar para que todos seamos felices». Así ha descrito este lunes Neli Fernández, de 73 años, la emoción que siente al participar en el Programa de Voluntariat que el Institut Mallorquí dAfers socials (IMAS) desarrolla desde hace 20 años para que las personas mayores que lo deseen ayuden a mejorar el bienestar de los usuarios de residencias y lares socioculturales, acompañándolos y organizando actividades.

El Consell de Mallorca ha reconocido este lunes en un acto el trabajo altruista de más de 130 voluntarios. «Nunca habían tenido en cuenta las pequeñas cosas que hago; esto me hace sentir importante para continuar luchando», ha reconocido Fernández, que ha asegurado que, pese a su edad, se encuentra muy «activa y útil» para ayudar a otra gente mayor. «Lo que me quede de vida lo dedicaré a pequeñas cosas que sirvan para algo», ha dicho en referencia a su labor como voluntaria, que ahora pasa por haber impulsado un club de lectura en el centro sociocultural de la Avinguda Argentina de Palma. «Allí hablamos, transmitimos y nos sentimos contentos», ha apuntado durante el homenaje.

«Los voluntarios somos egoístas porque siempre nos llevamos más de lo que aportamos», ha afirmado entre aplausos Rafael Adrover, que tiene 79 años y colabora en la residencia de Felanitx. «Solo por ver la sonrisa en los ojos de esos seres que son nuestros hermanos, me siento muy beneficiado. Es gratificante y doy las gracias por poder hacerlo. Es un verdadero chollo», ha admitido Miquel Canet, que con 73 años enseña bailes latinos en la residencia de la Bonanova de Palma. Mariana Vallejo, de 55 años, es voluntaria en la Llar d'Ancians y también cree que «se recibe más de lo que se da». «Se lo aconsejo a cualquiera porque es muy gratificante», ha concluido.

La presidenta del Consell, Catalina Cladera, ha destacado en homenaje celebrado en la Fundació Sa Nostra de Palma que estos voluntarios son el «ejemplo claro del envejecimiento activo por el cual apostamos». «Vuestro compromiso, energía y vocación de servicio son dignos de admiración y respeto», ha comentado, y ha asegurado que son parte del «engranaje» para que las residencias funcionen bien. La mayoría de los 130 voluntarios han estado presentes en el acto, donde se ha hecho una mención especial a Miquel Vallespir, por ser el que lleva más tiempo como voluntario al haber dedicado 12 años en la Llar d'Ancians; y a Fàtima Llabrés, que justo ha empezado en noviembre en la residencia de la Avinguda Argentina.