Los tres futuros sacerdotes, en el suelo, momentos antes de su ordenación. | Laura Becerra

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¿Qué lleva a un joven de menos de 30 años a ordenarse sacerdote? Pere Antoni Amer, 26 años, de Pòrtol, fue ordenado ayer por el obispo de Mallorca en una sentida ceremonia en la Seu. Junto a él, Juan Bausá, 27 años, de Palma. «Muchas veces me he preguntado qué quiere Dios de mí y he concluido que me llamaba a entregarme al sacerdocio», explica Amer. «Mi vocación sacerdotal nace de un encuentro con el Señor, que te trastoca el camino. Soy un privilegiado», añade Bausá.

Los dos fueron ordenados en una solemne misa en la Catedral oficiada por el obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull, y concelebrada por el decano de la Seu, Teodor Suau, y el rector del Seminario, Francesc Vicens. Junto a ellos también fue ordenado Juan Peregrino Ndong, de 37 años y natural de Guinea Ecuatorial. «Mi vocación nace desde pequeño, pero durante años la estuve negando. A partir de los 22 años me di cuenta de que antes la estaba rechazando y ahí cambié», asegura Ndong.

El momento más solemne del ritual llegó cuando el obispo Taltavull impuso las manos sobre los nuevos sacerdotes, un gesto que enraíza en la tradición bíblica y que es signo de la llegada del espíritu de Jesucristo sobre ellos. Los nuevos sacerdotes fueron revestidos con los ornamentos sacerdotales. Joan Bausá estará en las parroquias de Inca, Lloseta, Mancor, Biniamar y Caimari y asegura que lo hará con un «gran agradecimiento a Dios». Pere Antoni Amer ejercerá en Portals, Palmanova, Magaluf, Son Ferrer y El Toro, mientras que Juan Peregrino Ndong estará en la Unidad Pastoral de la Badia de Palma.