La leche es el producto que más ha subido de precio de los analizados por el INE.

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«Los baleares ya no comen lo que quieren sino lo que pueden». Así de contundente se ha manifestado el presidente de la asociación de Consumidores y Usuarios de Baleares (Consubal). En este sentido, ha precisado que los ciudadanos de las Islas han sustituido los productos frescos por los congelados porque son más baratos. Además, ha destacado que están adquiriendo «carnes poco sanas», tales como, chuletas de cabeza de cerdo, «que tienen mucha grasa»; cuello o patas de pollo, etc.

La consultora IRI Worldwide, en la jornada ‘Perspectivas en Productos Frescos 2023' organizada por AECOC, ha informado que en lo que llevamos de año se ha producido en España «una caída en el volumen de compra de productos frescos notablemente superior a la del conjunto de productos de gran consumo». El marisco, el pescado y las verduras y hortalizas son las categorías de frescos más afectadas por la caída en el volumen de ventas. «El actual contexto está llevando a los consumidores a unos comportamientos de compra de austeridad que ya vivimos en los años 70 y 80 y que son resultado de una fatiga por la inflación», ha explicado el director comercial de IRI Worldwide, Antonio Khalaf. Algunos de los hábitos vinculados con el control del gasto son la comparación de precios entre productos y marcas, el incremento de la compra de promoción o el cambio de establecimientos.

Más pasta y bollería industrial y menos fruta

En este sentido, el presidente de Consubal ha añadido que los consumidores de Baleares se están pasando a las marcas blancas; ha precisado que las Islas siempre habían sido una de las regiones con más éxito de las marcas. Otro de los cambios que se están experimentando es que se consume mucha más pasta. También se está comprando más pan, especialmente el de peor calidad; así como más bollería industrial, que «está reemplazando a la fruta fresca en las meriendas de los niños». En este punto, ha lamentado que también se adquieren muy pocos productos de kilómetro cero porque «son carísimos». «Cada día tenemos una dieta menos saludable y eso lo vamos a notar en nuestra salud a corto-medio plazo», ha advertido Rodríguez.

El carro de la compra semana se encarece en unos 50 euros

Pese a todas las restricciones que están aplicando los baleares a la hora de hacer la compra, llenar el carro cada días es más caro. Rodríguez ha precisado que una familia media de cuatro personas gasta unos 135 euros semanales en una compra básica, sin adquirir pescado fresco; mientras que hace un año, cuando podía adquirir más productos frescos y de mayor calidad, destinaba unos 89-90 euros. En Baleares el precio de los alimentos se ha disparado un 15,2 %, según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) este pasado 15 de noviembre.

Subida interanual del precio de los alimentos

Producto Incremento anual
Leche 23,90 %
Carne de ovino 22,50 %
Cereales y derivados 21,10 %
Legumbres y hortalizas frescas 21,10 %
Carne de ave 19,10 %
Azúcar 19,10 %
Aceites y grasas 19,00 %
Productos lácteos 17,60 %
Preparados de legumbres y hortalizas 16,00 %
Carne de vacuno 15,30 %
Huevos 15,30 %
Frutas frescas 14,80 %
Frutas en conserva y frutos secos 14,60 %
Café, cacao e infusiones 13,80 %
Pan 13,60 %
Carne de porcino 11,80 %
Patatas y sus preparados 11,80 %
Bebidas alcohólicas 11,00 %
Crustáceos, moluscos y preparados de pescado 10,20 %
Otras carnes 9,50 %
Pescado fresco y congelado 9,10 %
Agua mineral, refrescos y zumos 9,10 %

Según el INE, los alimentos que más han subido de precio son la leche, la carne de ovino, los cereales y derivados, las legumbres y hortalizas frescas. Se trata de productos de primera necesidad; con la excepción de la carne de ovino, que podría considerarse más exclusiva. En este punto, Rodríguez ha argumentado que los ciudadanos están recurriendo más a los productos más básicos, lo que está motivando que sean los que más se encarezcan por la ley de la oferta y la demanda. Otra de las pautas de consumo que han detectado desde Consubal es que cada vez se tira menos comida en el Archipiélago balear, puesto que los residentes tienen más dificultades para poder adquirirla y se aprovecha más.