Cola de familias en riesgo de exclusión socal para recoger alimentos y ropa. | ARCHIVOS

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La tasa de pobreza ha subido 3,5 puntos en Baleares en un año hasta situarse en el 17,6 % en 2021, con 207.000 personas que viven por debajo del umbral de la pobreza (con ingresos inferiores al 60 % de la renta media), según los datos de la Red para la Inclusión Social de Baleares EAPN- Illes Balears. Además, las personas en estado de pobreza o riesgo de exclusión social, la llamada tasa AROPE, son más de 262.000 en Baleares, el 22,4 % de la población, «consecuencia casi directa de la pandemia», ha asegurado este viernes en una rueda de prensa el director técnico de EAPN Baleares, Andreu Grimalt.

Ese indicador AROPE aúna los datos de personas bajo el umbral de la pobreza en Baleares (que ha aumentado del 14,1 al 17,6 %), hogares con baja intensidad de trabajo (que suben del 2,7 al 7,3 % en un año, hasta 85.000 personas) y la privación material y social severa, que se mantiene en cifras similares al año anterior, con un 6,1 % de población, unas 71.000 personas. El 9,2 % de la población está en situación de pobreza severa, con 108.000 personas de las islas que viven en hogares con ingresos inferiores al 40 % de la renta media nacional, según los datos del «Informe sobre el Estado de la Pobreza 2022», de EAPN- Illes Balears, presentados este viernes en el Parlament. El porcentaje de población de Baleares en situación de pobreza severa ha pasado del 6,1 % de 2020 al 9,2 % de 2021, pero está por debajo de la media nacional, que es del 10,2 % en 2021. El umbral de pobreza severa se situó en 2021 en 6.355 euros por unidad de consumo, lo que significa que cada persona en esa situación ha de subsistir con menos de 281 euros al mes si forma parte de una familia de dos adultos y dos menores, y de 513 euros si vive sola.

Hay unos 200.000 pensionistas en Baleares, de los que un 38 % cobran pensiones por debajo del linde de pobreza (una 76.000 personas con menos de 681 euros al mes) y un 17 % por debajo de la pobreza severa (34.000 pensionistas que perciben menos de 454 euros). Grimalt ha recalcado que la pobreza y la exclusión no solo afectan a quienes las padecen sino a toda la sociedad, no son una decisión personal ni responsabilidad de quien la sufre y «no es un fenómeno que surge de la nada, sino una consecuencia estructural del sistema económico». Ha incidido en que no es una cuestión puramente económica sino «una realidad compleja», y en que «no es irreversible». El responsable técnico de la red EAPN ha resumido que «todos los indicadores muestran que la desigualdad ha aumentado en Baleares, aunque la comunidad se mantiene por debajo de la media estatal». Ha llamado la atención sobre «el papel importante y capital que tienen las administraciones», dado que, según EAPN, sin el escudo social establecido por la administración, habría 171.000 personas pobres más en Baleares.

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El presidente de EAPN Baleares, Xavier Torrens, ha explicado que lo que más piden quienes acuden a las entidades que forman EAPN es «acompañamiento en cómo acceder a una vivienda digna y acompañamiento para conseguir un trabajo» y ha recalcado la relevancia que ha tenido el escudo social que «ha sido posible gracias a una equidad fiscal que hay que profundizar». Torrens ha llamado la atención sobre la incidencia de "las brechas" en el riesgo de exclusión: la digital, la de género, la geográfica y la financiera. Ha denunciado la invisibilidad de las situaciones de empobrecimiento, algo que aumenta la indiferencia y la capacidad de darles respuesta y ha recalcado que estas personas no son invisibles para las entidades del tercer sector social.

Entre las propuestas de EAPN para combatir la exclusión social, pide a las administraciones que mantengan las transferencias del escudo social y, a largo plazo, incrementen el esfuerzo en la transformación del modelo económico y productivo en Baleares. «La sensación es que no se está haciendo de una manera decidida», ha criticado Torrens, que lo considera necesario para evitar «verse abocado a establecer escudo social en cada situación de crisis».

Considera necesaria una reforma fiscal y ha llamado la atención sobre la paradoja de que un 80 % de empresas ha aumentado sus ingresos pero han bajado los ingresos por impuesto de sociedades; y ha descrito como «imprescindible desarrollar la Ley de Vivienda de Baleares», para que sea digna, habitable y asequible. Ha pedido también seguir trabajando en romper la invisibilidad de la pobreza y erradicar los mensajes aporófobos, que además «son delito». «No hemos de permitir que estos mensajes calen», ha advertido. El presidente del Parlament, Vicenç Thomàs, ha asegurado que la pobreza y el riesgo de exclusión social desestructuran la sociedad y ponen en riesgo su estabilidad y ha abogado por ser solidarios y aplicar «medidas valientes y decididas para garantizar la igualdad de oportunidades». Thomàs ha llamado la atención sobre el "fuerte impacto" sobre las economías familiares causado primero por la pandemia y después por la invasión rusa de Ucrania.

Ha señalado que la economía balear se ha reactivado esta temporada pero ha advertido de que "la bonanza no ha llegado a todos los ámbitos de nuestra sociedad«. El presidente del Parlament considera necesaria »una actuación conjunta y rápida«, coordinada, para alcanzar una sociedad más igualitaria y democrática y »erradicar la pobreza«. Ha alabado el informe de EAPN como una »herramienta capital para analizar la situación de partida desde la que avanzar colectivamente", porque señala los puntos donde trabajar y propone medidas